IRONMAN LANZAROTE
2013
MI EXPERIENCIA EN LA
ISLA
FABIAN CARMONA OROZCO
“CUANDO EL JUEGO SE PONE DURO, LOS DUROS EMPIEZAN A JUGAR”
(nota en grafiti
sobre la carretera en la gran subida a Haría, el día de la competencia)
Para
poder relatar todo lo que viví ese 18 de mayo, debo comenzar por las cosas que
vinieron sucediendo, y que me llevaron a vivir este día como lo hice.
Ponerle
el ojo al Ironman llamado “el más difícil del mundo”, respetado y temido, no es
cosa que se decide de repente. Desde que escuche de su existencia me llamo la
atención y pensé: “Yo quiero saber a qué le llaman lo más difícil del mundo”. Se
habla mucho a su alrededor, como para quedarme con la curiosidad. Con esto en
mente enfoqué mi entrenamiento a las subidas.
El entrenamiento dejaba frutos, mi velocidad aumentaba en la
bici y carrera, las subidas ya no eran problema hasta el año pasado, cuando de
repente las cosas empezaron a cambiar para mal. Las subidas me empezaron a
costar, y el correr se mantenía. La natación no es mi fuerte, promedio
tirándole a ya casi bien.
A principios de 2013 comenzamos a
entrenar para Lanzarote. Tuve muchos problemas de disciplina, que era mi
fuerte, de alimentación e hidratación, también mis fuertes. Elegí un pésimo
momento para flaquear, para venir a Canarias y hacer una competencia que no
acepta descuidos.
Los que me conocen saben que
nunca me confío, cuando alguien me pregunta “Ya estás listo?”, siempre respondo:
“El día que te responda que ya estoy listo, mejor me retiro de esto”. Esta vez
mi poca confianza iba más allá de mi incertidumbre común, y el eterno respeto a
la distancia. Los entrenamientos de repente me cayeron pesados, nada nuevo,
nada que no hubiera hecho ya, pero ya no aguantaba bien las rodadas y corriendo
sufría mucho y la velocidad no era la misma. Deshidratación, debilidad, falta de concentración, calambres, y todo lo
necesario para torturarme y hacerme dudar. Atando cabos me di cuenta de que mi
alimentación estaba mal, aparte de los varios asuntos que nos atormentan a los
que no vivimos de esto, y falta de enfoque. Antes podía bloquear todos esos
pensamientos y entrenar como YO mando, y esta vez, simplemente no pude.
El tiempo se pasa muy rápido,
entrenado de manera mediocre, por mente, indisciplina o lo que sea que sea el
pretexto, vine a dar a España, con más miedo que emoción. Miedo de que?, si es
algo que ya he hecho muchas veces? Las sedes son únicas, y nunca había estado
en la antesala de Lanzarote. Débil en
los entrenamientos, que me podía esperar aquí? No aguante los 180 en
entrenamiento, tampoco corrí arriba de 30k varias veces como acostumbro, ni al
paso acostumbrado, y tampoco de manera constante, y acababa deshecho. Nadar? Jamás
había dedicado tan poco tiempo a la parte que YO más debo ponerle atención.
Con muy pocas referencias (pocos
conocidos lo han hecho), y quien lo ha hecho no es referencia por una u otra
razón, en que te basas? Tiempo atrás comenzamos a buscar información de la
ruta; Altimetrías, viento, temperatura, etc., y consejos de gente que entrena
en la ruta y hace esta competencia tan temida y respetada como si fuera cosa de
todos los días, sin restarle el respeto al lugar. “Cuidado en general!, hace
calor, el clima es seco, al cruzar Timanfaya, que es una zona volcánica, el
calor puede exprimirte, puedes deshidratarte, el viento es una brutalidad,
debes cuidar las piernas para poder correr después, el maratón es muy rápido
porque es plano, tal perfil en las ruedas, tal tipo de llanta, etc.,” … Miedo, me gusta tener el mayor control posible de las
cosas.
Confiar
en mi experiencia con un entrenamiento que no me deja satisfecho, no me gusta,
es como saltar de un avión queriendo caer en un montón de paja (sin
paracaídas). Así de incontrolable es esta distancia. Esto es serio. Me gusta
hacer las cosas bien, y solo presentarme a terminarlo y ponerme la medalla va contra mi manera de
ser. Las ultimas 3 veces ha sido así, y
eso no me deja bien parado. Por suerte el pasado salió bien, pero el anterior
sufrí. No me gusta sufrir de esa manera y juré no volver a llegar mal
entrenado. Y luego? Para este? …. Mal. Hacerlo así ha traído lesiones que aún
no me quito.
En España vienen más consejos y
mi angustia crece. Dentro de todos los consejos viene el de rodar tranquilo, y
guardar energía para correr. Esto se decide corriendo los 42k, y con suerte
puedo correr adecuadamente. “No te pelees con el viento, porque siempre va a
ganar el”, o bien, “deja que los demás se quemen, que después los pasas
corriendo”. “Mucho cuidado, no tiene caso intentar bajar rápido, que lo que
subes en 25 km lo bajas en 5 km y el riesgo no vale la pena, no ganas nada, y
en un descuido te vas al voladero”.
Buenos días de entrenamiento y
tranquilidad en Madrid, como en casa. Excelente natación, excelente carrera por
los alrededores y rodadas de lo mejor. No tiene precio tomar tu bici y salir a
entrenar sin tener que manejar horas. Inconcebible para ellos. No hay duda,
amamos lo que hacemos.
Madrid |
El dolor en mi espalda baja persiste, ya lleva 10 meses,
inquietante.
Comiendo 4 días antes muy bien en
Madrid, pensaba que tal vez estos últimos días deberían ayudarme. Una
preocupación menos. Más información trae más nervios, y más estrategia.
“Don’t write checks with your mouth, that your body can’t
cash”.
Nunca me ha gustado hablar de
tiempos, ni que tiempo quiero, ni cuanto hice, ni de ganar o perder, o si van contra
mí, o apostaron. Cada quien su competencia. Mis datos son míos. Son factores
incontrolables de los que depende un simple número. Esta vez me lo preguntaron
mucho, hay gente cuya vida depende de eso. Lo hago en mi mente, para mí, y en
este caso no tenía referencias ni como para formarme una idea. Voy contra mí, y
ya. Cuando vencer a los demás deja de ser el objetivo, y cuando re direccionas
tu energía a mejorar y vencerte a ti mismo, los resultados llegan por si solos.
Uno no puede basar el éxito propio en el de los demás, hay mucho más.
LANZAROTE
Es una isla construida por volcanes, los cuales estan dormidos pero en zonas aun estan vivos y el olor a mineral esta por todos lados. Su naturaleza puede ser poco amistosa si no se le sabe apreciar. Se ha ganado el aprecio de los deportistas por ser el lugar ideal para recluirse y entrenar o competir. Hablando del IRONMAN, encuentras gente
de nivel atlético alto. Desgraciadamente en México se ha convertido en una
pasarela, moda, y un marcador de status social (sin restar méritos ni
generalizar). En América lo han vendido como una misión digna de dioses. Cuando
lo haces, ya puedes morir, tu vida ya tendrá el sentido que habías buscado. No
importa si lo haces bien o mal, sólo termina, y el resto de tu vida y obra ya no
importa. Hay gente que se define por usar el M-dot (logotipo “M”), y otros que
lo usan y nunca se lo ganaron. Compite todo tipo de gente que va desde los que
ponen el alma, y los que entrenan solo bien, regular, o mal, o como una simple
aventura, o muchos que claramente es la primera vez que hacen deporte, o lo
toman a juego, con sus riesgos. No por nada ha aumentado la tasa de mortalidad.
Muy respetable. Hacerlo bien es diferente, pero ese es también es otro tema.
Lanzarote |
Si hay algo que llama la atención
en Lanzarote es la calidad de los atletas; mentalidad, disciplina, alimentación,
constancia, vida completa y resultados, y de la mano, la imagen. Esta gente es muy
fuerte, tan fuerte que si se dignaran a salir del IRONMAN más duro del mundo e
hicieran alguno de esos que tenemos del otro lado del atlántico, varios “Pro”
bajarían la mirada, esos que se sienten intocables, y que tan cordiales y
amables son (si, fue sarcasmo, pero no generalizo). Aquí se diluyen, entre los de grupos por edad. Los demás, como yo, ni hablar. Los equipos que
compiten por tener el mejor equipamiento… bueno… el ping-pong es bonito
también.
El 70% de la gente que compite en
Lanzarote ha calificado para Kona; 7 de cada 10 tienen ese nivel. Si, el campeonato mundial en Kona es también
perseguido. Todo mundo sabe que Kona es fácil comparado con este, pero hay que
ir, es parte del juego. El que viene a este lugar, se registra para hacerlo BIEN.
Ejemplos tengo muchos alrededor, muy cerca. Y Kona… (atención) Que tal que
algunos que califican aquí, no les interesa ir?
Uno sabe que el nivel europeo especialmente en ciclismo es muy
alto, pero esto es la locura.
No acostumbro recorrer la ruta
del ciclismo, pero esta vez es necesario, hay zonas de bajadas y curvas de
mucho respeto que más vale tener bien identificadas para no llevarse sorpresas.
“hay que trazar bien las bajadas y hacerlo con tranquilidad”, me han venido
diciendo.
Mi alimentación va relativamente bien, buena cantidad, la
calidad… podría ser mejor. El hotel no ayuda.
Me queda claro que con todo mi
antecedente y lo que veo y escucho por aquí, yo vine a aprender todo lo posible
y a conocer, quitándome el sombrero, hacer lo mejor posible sin forzar, y a
preparar mi regreso a esta isla, en mejores condiciones, a perfeccionar.
JUEVES PREVIO. (faltan dos días).
Ya instalados y registrados,
comenzamos a conocer más atletas, se siente tensión, pero todo muy amigable, será
tal vez la presencia española tan grande? También hay mucho alemán, mucho británico.
De notarse la apariencia de triatletas muy trabajados. Estamos en una gran
sede. Es muy raro ver gente con exceso de peso y hay muy pocas mujeres. Todos
tienen apariencia de pro. Una vuelta por la parte dura de la ruta en coche con
Erika y Guillermo, de León. Es técnica, peligrosa, de mucha paciencia, mucho
viento, muchas bajadas, aire seco, áreas poco amigables, muchas rocas, pavimentos
en general bien pero con malas áreas en bajadas, mucha glorieta, curvas cerradas
en bajadas, falsos planos, subidas, subidas, y más subidas. La energía de la
tierra se siente aquí, huele a volcán. Muchas fotos… silencio en el
coche en algunas zonas, creo que todos sabíamos lo que nos esperaba, pero no lo
decimos, solo lo sentimos, y al verlo de frente y a unas horas... Silencio incómodo.
El maratón… rápido y plano,
dijeron, ni vimos la ruta.
Algunos nuevos amigos españoles.
Será su primera ocasión en Ironman Lanzarote, y con quienes tal vez puedo
compararme un poco. Otros que lo han hecho ya 8-10 veces con todo el colmillo
del mundo y unos tiempos tan buenos como 10:30 y menos, o poco más… en un lugar
como este!. A quien se le pregunte un tiempo para darme una idea de en qué me metí,
me salen todos con tiempos de entre 9 y 10:45, por supuesto con Kona en la
bolsa. Eso es mejor o igual a lo que hago yo en mis mejores condiciones y en
rutas de las de aquel lado (América). Esta gente hace las cosas de diferente
manera. Evidentemente lo hacen mejor (Fabián aprendiendo).
Somos novedad. Los mexicanos en
Lanzarote… no se explican que hacemos hasta acá!. Somos los nuevos aquí. Todos
han venido varias veces.
Pasando por la tienda de bicis
“ProBike”del pueblo “La Santa”, que debo decir es una gran tienda, muy bien
equipada para estar en medio de la nada (cerca de uno de los mejores centros de
entrenamiento del mundo), compramos un par de cámaras, llantas que no encontré
en Mexico, y capsulas de CO2 que para mí enojo como siempre fueron a dar a
manos de la aerolínea.
Armar las bicis siempre es un
momento de concentración. Mucha atención en lo que se hace, uno no quiere
errores. Para mí es un ritual. Cada tornillo, cada pieza. Ajusto un poco mi
manubrio, hay mucha bajada. Armo y ajusto la mía al 100%, armo la de Angie al
100% y dejo algunos ajustes para ella. Armar una sola bici puede ser rápido,
armar dos, con todo y cambio de llantas de repente se hace lento y acabas
sudando, si haces las cosas con cuidado.
VIERNES PREVIO (mañana es el día)
Abrimos
el día con una sesión fotográfica en la playa con Pablo, del periódico Reforma.
Algunos ya se fueron, otros no llegaron. Somos 4 haciendo poses de superhéroe
para la cámara. Divertido. El cielo esta nublado, llueve un poco… este clima no
me tiene tranquilo, más vale que mejore.
Fotos Reforma |
Vuelta pequeña para las fotos en
subidas por supuesto. La pequeña botellita de Gatorade que traigo en la bici se
viene cayendo mientras ruedo, muy molesto, tengo que apretar el porta ánforas
un poco para que no se caiga, ya lleva varios intentos. A terminar las bolsas
de transición, uno no quiere olvidar nada, silencio, repasar y repasar. Siempre
se puede olvidar algo.
El Ritual |
Es momento de entregar las bicis.
Me siento nervioso. La fila hacia la entrada del check in de las bicis se mueve
rápido, uno no quiere estar parado mucho tiempo un día antes de competir. En el
registro de bicis revisan los frenos, el casco, que todo esté en buenas
condiciones. Es buena medida. Pongo la bici donde me corresponde y como siempre
ubico bien el punto donde la dejo una y otra vez para no perderme mañana al
salir corriendo del mar.
Hay que dejar las bolsas de transición, las de la bici están abajo en la playa a unos 100 metros. Están armando aun la carpa (vestidor), uno solo, es unisex. Veo bien por donde saldremos de nadar, por donde entraremos a la carpa y por donde saldremos en unas horas. Subo a dejar mi bolsa de T2, donde tengo lo necesario para correr, la distancia entre la playa, la bolsa de la bici, el vestidor y la bici es grande. La arena es fina y pegajosa, hay que correr por una subida que puede ponerse resbalosa si trae uno puestos los zapatos de la bici, o sin ellos! así que… cambio de planes! A sacar los zapatos de la bici de la bolsa y a ponerlos en los pedales mañana al llegar a la zona. Necesito ligas y no tengo.
Hay que dejar las bolsas de transición, las de la bici están abajo en la playa a unos 100 metros. Están armando aun la carpa (vestidor), uno solo, es unisex. Veo bien por donde saldremos de nadar, por donde entraremos a la carpa y por donde saldremos en unas horas. Subo a dejar mi bolsa de T2, donde tengo lo necesario para correr, la distancia entre la playa, la bolsa de la bici, el vestidor y la bici es grande. La arena es fina y pegajosa, hay que correr por una subida que puede ponerse resbalosa si trae uno puestos los zapatos de la bici, o sin ellos! así que… cambio de planes! A sacar los zapatos de la bici de la bolsa y a ponerlos en los pedales mañana al llegar a la zona. Necesito ligas y no tengo.
T1 (Transicion 1) |
Relajado en la cena, y de repente
me cae de lleno la idea. Me acuerdo a que vine. Es mañana, estamos a unas
horas, LANZAROTE! Llego el día, han pasado varios años desde que le pusimos el
ojo a esto, y no estoy en mi mejor momento. Como me irá? Todos a mi alrededor
se ven muy confiados.
Como es costumbre por una u otra
cosa se me hace tarde para dormirme, esta vez sin embargo caí más temprano,
alrededor de las 10:30 ya estoy acostado… Serán pocas horas y un día largo mañana.
Nunca es suficiente sueño.
SABADO 18, IRONMAN LANZAROTE
4:40
AM. Despertador, el tema de Forrest Gump
(si, es en serio). Brinco de la cama y comienza mi silencioso ritual. Chip, trisuit,
el Road ID, goggles, gorra de natación, de una vez el wetsuit, para que se vaya
acomodando y que me cubra un poco del frio. Hoy voy a probar algo nuevo en
competencia. Los últimos ironman en aguas frías he salido mareado y a veces a
media agua tengo náuseas y casi vómito. Eso no me pasaba antes. A medio mar es peligroso,
sientes la vida en un hilo, un mal respiro al tratar de vomitar y te ahogas con
tu propio vómito o con agua. Puede ser la temperatura del agua en el oído
medio, aquí el agua esta fría, así que la prueba será usar doble gorra y usar
tapones en los oídos.
El hotel esta inusualmente cerca, a cosa de 200 metros. Jamás
me había quedado tan cerca. Solo bajo al restaurante, me como un par de panes
con mermelada y salimos hacia transición.
Aun oscuro, me gustaría que así siguiera.
Aun oscuro. |
Como siempre, lo primero que hago es ver el cielo… el clima no
mejoró. Me ha pasado que los días anteriores son perfectos y el día de la
competencia llueve, o al revés, pero en este caso todo está igual… estaba
nublado anoche y con llovizna, y sigue así… ok, “que se nuble todo lo que
quiera, pero que no llueva”. Nunca ha servido de nada monitorear el clima. La
gente decía que habría sol, gente que ha hecho muchas veces esta competencia…
deben tener razón, y esto mejorará.
Sigue oscuro, y al estar
arreglando los últimos detalles en mi bici, zapatillas fijas en los pedales,
chequeo de frenos, cámaras en su lugar, capsulas de Co2, aire, muevo el porta
ánforas que apreté ayer para poder poner el gatorade ayer y se rompe!... maldita
sea! Son aproximadamente las 6:30 y cierran a las 6:45 el área. Angie sale
corriendo a buscar apoyo técnico y que me pongan otro porta ánforas, y mientras
yo me quedo con la boca abierta, los ojos pelones y la cabeza a mil por hora
pensando en cómo puedo arreglar esto, o como puedo sobrevivir sin ella. Siempre
entreno y compito así. Parece una eternidad y el apoyo no llega. No tienen
porta ánforas. En fin… me las tendré que arreglar así, y poniendo mucha más
atención en la hidratación.
Todo listo. Porta anforas roto. |
El área de transición es solemne.
Todos saben lo que hacen, y quien no, no pregunta. Todos checamos los detalles
una y otra vez entre el nerviosismo y que seguimos medio dormidos. Frenos, válvulas,
el alimento, las cámaras… silencio. Sé que hay música porque me lo han dicho, pero
jamás le he puesto atención, bien podría no haber y no notaria la diferencia. Creo
que no hubo. A veces ofrezco ayuda a quien veo que está dudoso, hoy no. Hoy no
me caería nada mal que alguien me ayudara.
La lluvia se intensifica, nervios.
Lluvias como estas son las que duran todo el día. Esto no me deja tranquilo.
Una visita al baño y estamos listos para bajar al mar. La cola para los”
port-a-potties” es enorme. A un restaurant. La lluvia se pone más fuerte,
empieza a aparecer luz en el horizonte.
Lluvia y viento, y aun no comenzamos...
Ya es algo tarde, aproximadamente 10 para las 7. Ya no falta
nada. La gente ya está toda en posición para entrar al mar al disparo de salida,
es un arranque grande, 1700 humanos en neopreno. Silencio, nervios. Donde
ubicarme? Lo más adelante posible sin meterme en problemas. Angie está conmigo.
Me pongo bastante irritable e irritante estos días. Ella se merece el cielo. De
por si me pongo algo tenso, aunque por fuera no se note mucho, y para esta ocasión estoy insoportable.
Demasiada incertidumbre.
El helicoptero ya se acerca, y se coloca encima de la ruta hacia donde nadaremos, en cualquier momento arrancamos.
Hay musica y alguien hablando al microfono. yo no
escucho nada.
Suena por fin el disparo y alcanzo a ver que los de adelante
corren hacia el agua. Si he lamido los goggles 10 veces son pocas. No va a ser
una entrada fácil, espero haberme ubicado bien, o me van a atropellar o voy a
atropellar gente. Angie y yo venimos llegando al agua, un último beso, dos tres
pasos dentro del agua, adentro! Empieza la pelea…
LA NATACION 3.8km
Nadar en esto es como un nudo en
el tiempo, leí un día en la reseña de un amigo que esta vez no compitió. Entras
al agua y el tiempo parece detenerse y cuando menos te lo imaginas ya saliste, pero eso es en nataciones tranquilas, aquí me
tuvieron todo el tiempo muy consciente. Aquí lo que pensaba y sentía.
Al parecer me ubique detrás de donde debía. No solo me
vienen estorbando, sino que de repente tengo frente a mí una pared de 3 o 4
personas que no puedo pasar, y que me propinan golpes gratis. Las patadas, los
manotazos y codazos están a la orden, los pies de los otros a pocos centímetros
de mi cara, puedo sentir en la cara las burbujas de las patadas, burbujas por
todos lados, no se ve nada. El movimiento del agua que ocasionan y de repente
uno que otro rozón de los pies en la cabeza. De las manos ni hablamos. La cara
hay que cuidarla, una patada en la nariz y el día se acabó. En un momento más
debe de disolverse esto un poco y nadaremos más tranquilos. Hay nataciones más,
o menos sucias. Esta es muy agresiva y muy sucia.
Los golpes no se acaban, no sé qué pasa, después de 300 o
400 metros debería uno poder nadar relajado. Estoy trazando una línea cercana a
las boyas que marcan el camino, eso debe ser la razón de tanto golpe, pero no
quiero nadar por afuera. Si me hubiera colocado mejor sería todo más fácil. Patada
en los goggles que me los mueven de lugar, eso dolió. Cada brazada es con
alguien a un lado, a veces es golpe, a veces podemos nadar juntos sin
agresiones, a veces coinciden las brazadas y hasta siento como si su brazada
también me ayudara. El agua es transparente, pero no se abre un espacio mas
grande de 10 centimetros entre nosotros, hacia abajo hay peces, arena, todo
tranquilo. Sabor a sal en toda la boca, y no falta que al respirar, el agua que
salpica el de a lado va a dar a mi boca y me doy el tremendo trago de agua
salada que causa nauseas. A exprimir la boca todo lo que puedo para sacar el
sabor a sal, todo sin parar. Las boyas que marcan las vueltas son puntos
peligrosos, te encuentras con gente nadando de pecho, importándoles poco patear
a los demás. El azul profundo debajo de mí, se pierden en el azul las cadenas
de las boyas. Varios grupos de peces pequeños y medianos. De reojo tengo la
suerte de ver una tortuga muy espantada por todo el desorden que estamos
ocasionando. Hay quien vio un tiburón, yo no lo vi, nunca los he visto y así
estoy bien.
No es raro que uno se tope con gente necia y
hostil al nadar, aparecen golpeando, y lo que hago es empujarlos lejos de mí. A
uno no le parece y me tira “la mirada” cuando me detengo para ver de qué se
trata. Bueno, no es la primera ni última vez que pasa esto. Todos seguimos
adelante.
Mi prueba de la doble gorra y los
tapones en los oídos al parecer va bien. Ni nauseas ni mareos. Apenas estoy por
salir de la primera vuelta, veremos cómo se portan en la segunda.
El tiempo de mi primera vuelta es decente… menos mal.
Al comenzar la segunda vuelta ya no hay tanto tráfico, pero podría
ser mejor, aún hay uno que otro golpe y gente que parece que va nadando hacia
otro lado que no es a donde vamos todos.
Por ahí del km 2.8, por mi izquierda, a unos 10 metros de
mi, veo un wetsuit conocido y gorra rosa, es mujer, y el wetsuit no engaña, es
Angie. Me detengo, espero a que al respirar saque una oreja y le grito. Toda
confundida se detiene y me grita “No te detengas!” Le mando un beso, que era la
razón para pararla, y me sigo. Ya no la vería de nuevo hasta el maratón, muchas
horas después.
Cero mareos, cero nauseas, la prueba funcionó. Los tapones
molestan.
Esa línea recta paralela a la playa y hacia la salida de la
natación en ocasiones se siente interminable, la música cada vez más cerca, ahí
está ya la gente y me acerco poco a poco, pero se siente eterno. Sigo nadando,
de repente ya veo que algunos alrededor comienzan a pararse y caminar, yo
prefiero seguir nadando hasta que el largo de mi brazo toque la arena, después
de todo es más fácil avanzar nadando que intentando correr cuando el agua está
arriba de las rodillas. Una mano, dos, pies… y arriba. Salgo corriendo hacia la
bolsa que tiene mis cosas de bici, pasando por las regaderas de agua dulce en
las que varios se toman su tiempo enjuagándose. Yo me sigo derecho, arriba
habrá como enjuagarme los pies. El resto de la sal y arena no me molesta.
El tiempo total de natación… podría ser mejor.
Al quitarme la parte superior del
wetsuit, mi reloj, que me marca todos los datos que necesito saber, sale
volando. Debí cambiar el extensible antes de venir, ya estaba fallando. Tras la
respectiva mentada de madre lo recojo y sigo. No podré usarlo. A pensar como lo
llevare todo el día, lo necesito. Tengo dos problemas, un porta ánforas roto, y
ahora el reloj. Todo mientras sigo corriendo para cambiarme.
El vestidor está bastante lleno. No
hay strippers que te quitan el wetsuit, y eso hace las cosas lentas para los
que estamos mal acostumbrados. Ricardo sale un par de minutos antes que yo. Lentes,
casco, mangas… demonios como se atoran estas cosas cuando estas mojado… pienso
en dejarlas pero puede hacer frio allá arriba… paciencia… por fin salgo! Subo
la rampa, contento de haber decidido no correr con los zapatos de bici; muchos
se resbalan. Llego a mi bici, salgo corriendo con ella a un lado.
Tiempo de transición largo. Ni modo.
LA BICICLETA 180.2 km
Sigue lloviendo, no me da ninguna
paz mental, ruta difícil, con mucho viento, muchas subidas, muchas bajadas,
curvas cerradas con lluvia… no son las mejores condiciones. Que todo esté bien.
Ya en camino, y el reloj en la mano, no puedo estar más
molesto. Abro el “bento box” la mochilita que llevamos al frente con alimento
para meterlo ahí, y está llena de comida. Paso algunas cosas a las bolsas
traseras de mi top para hacer espacio y meto el reloj ahí. No veré datos todo
el día, y tal vez sea lo mejor, para no presionarme. No traigo la mente ni el
cuerpo para hacerlo.
Desde el momento en que uno se sube a la bici empieza la pendiente,
una muestra de lo que nos espera. Un par de curvas y estamos en carretera. El
piso mojado, llueve, y esas glorietas hay que tomarlas con cuidado, o puedo
acabar en el suelo. Tierra en las orillas, cero descuidos.
La distancia está marcada cada 5km con un señalamiento. Cuando menos sabré en qué punto estoy.
“Despreocúpate”.
Una vez más tengo que confiar en lo que se hacer, y pedalear
sin presionarme, y ahora, sin datos, a puro “feeling”, estando muy consciente
siempre del estado de mis piernas para no tronarlas, y ya que la ruta de este
ironman es la que es, tendré que medirme más aún.
Vengo pasando gente, no sé si se vienen cuidando más que yo,
y al rato pagare mi falta de respeto, o salí más atrás de lo debido. Suena por
ahí una ambulancia. Solo pienso en que ojala no le haya ido tan mal. Esta sería
la primera de varias ambulancias que escuche y vi. En un rato aparece Ricardo,
platicamos un poco de ir tranquilos y seguimos cada quien su camino. El viento
esta por todos lados, no hay un rato de tranquilidad. Viento de frente, de
lado, del otro lado de repente… es tan fuerte que te mueve de carril. Un
descuido y el viento te tira de la bici. Agárrate bien, sostenla bien, la bici
se sacude con tanto viento. Firmeza total en los brazos y cada movimiento. 20km,
30km… de repente estamos en la bajada larga, que es la entrada al Parque
Nacional Timanfaya, que es el área más castigada por las erupciones de los
volcanes de la isla. Es un desierto de roca negra para donde mires, con
montañas negras y nada de vida. Bajada con mucho viento y unos 2 km de largo.
El viento es muy fuerte, es necesario sostener fijamente el manubrio, sostener
el asiento con los muslos, y el cuadro de la bici con las rodillas, esto
mientras bajo todo mi torso para ofrecer menos resistencia, y empujo la cadera un
poco hacia atrás, para compensar por la bajada y estabilizar más la bicicleta,
sin dejar el frente sin peso. Aun así, siento como el viento me empuja hacia
los lados. Si me levanto, soy un paracaídas, es como frenar.
Timanfaya |
Esta bajada fue solo un respiro. Esta misma recta rodeada de
lava, sube poco a poco hasta llegar a una muy buena subida con un desnivel
manejable, pero largo, es la recta de Timanfaya, de 12 kilometros, con el
viento a todo lo que da de frente, y encima de subida. Una subida que en tantas
fotos vi antes de venir, con su característico diablo, símbolo del parque.
Muchos cambios para poder manejar el viento, solo ocasionalmente me levanto
para pedalear, y no para hacer más velocidad, sino solo para descansar del
asiento. Siempre vengo recordando que debo cuidarme, así que no me puedo dejar
llevar. Aquí debería hacer mucho calor, mucho, pues a 3 o 4 metros de
profundidad la temperatura es de 350 grados, pero el día de hoy el clima esta
de cabeza, esta lloviznando aun y el viento está fresco y vuelto loco. Aparece
Ricardo de nuevo tras esa recta, vamos juntos otro rato y en una vuelta en “U”
de una subida, me meto entre algunas bicis, hago un cambio y salgo de ahí. Al
terminar la curva ya no vi al Rick, seguro ya no pudo pasar. No vería al Rick
de nuevo hasta el maratón. Tuvo problemas mecánicos un poco después.
Mi alimentación va bien, me he comido todo lo que
corresponde al tiempo que llevo… Me siento bien.
Los caminos llenos de viento y
roca te llevan por varios pueblos y cruces, viñedos que crecen como por milagro
en tierra volcánica y que siembran de una manera muy especial. Llegas a Tinajo,
uno de los principales pueblos, donde hay una recta de bajada, muy segura a mi
parecer, donde hay una ambulancia que escuchamos minutos detrás. Hay un
competidor tirado en el suelo, con sangre por la nariz, ya lo están atendiendo.
Por ahí alguno comenta: “En recta!, pero que venía haciendo este tío? Como se
ha caído?” y otro le responde: “Alguna tontería habrá hecho!” Mientras yo
pienso lo mismo y les digo: “No se ve nada bien!, ojala este bien”.
De este pueblo vas a dar al nivel del mar, a “La Santa”, el
pueblo desde el que empiezan las subidas poco a poco, hasta que llegas a las
dos cumbres de la isla. Veo que adelante viene uno de los nuestros,
evidentemente lleva una muy buena música en la mente… claro! es el guerrero
Igmar. Me le pongo a un lado, y sigo su ritmo de fiesta un poco. Nos animamos
un poco, platicamos un poco, comentamos del nivel de los que nos rodean y
acordamos irnos al mismo paso. Después decidió seguir a su ritmo.
Todos los pueblos son iguales, es fácil perderse
aquí. Casitas blancas, puertas verdes, parecen ser pueblos fantasma, pero
seguro hay gente, simplemente no sabemos dónde están. Llevo el mar por la
izquierda. Pero uno no puede descuidarse, la carretera está abierta para el tránsito
de los coches, y el viento y los demás ciclistas también están ahí. Los
británicos manejan por el otro lado, así que hay que tener cuidado con ellos,
que de repente vienen rebasando por la derecha o pegados a su izquierda cuando
vienen tranquilos, justo por donde los demás venimos rebasando. Encima se
molestan si les dices algo. Orgullosos, peligrosos.
La subida al pasar La Santa no
podría dejar de tener viento, ya no importa si es de frente o de lado, o por
detrás o por debajo, o como sea, más vale habituarse a la idea de que ahí
estará siempre. Las piernas se sienten bien, subo, subo, cada vez más. Mi
cadencia viene bastante relajada, claramente podría venir mucho más rápido usando
una relación más agresiva. Mejor sigo tranquilo, no sé lo que me espera.
Mesura, tal vez pueda hacer un buen maratón. De repente veo el señalamiento que
dice “100 km” Yo no sé dónde me he metido los últimos kilómetros, pero habré
venido tan concentrado que ni cuenta me di del avance. Ya no hay bajadas. Los
planos ni mencionarlos, aquí no existen, y si hay algo que se parezca a un
plano, tiene mucho viento, lo que lo hace parecer subida.
Jala, empuja, jala, empuja, ciclo completo, dolor… contrólate.
100 kilómetros. Asombrado, y sin
saber dónde he estado desde el 50, le pregunto a una persona que va junto a mí:
“Oye, eso está bien? Estamos en el 100?” me dice “Claro! Ya estamos en el 100!”
Caray… eso significa que los siguientes kilómetros serán de pura subida, de la
misma que vengo haciendo desde hace ya varios kilometros. De bienvenida a las subidas más
fuertes hay una curva a la derecha de casi 180 grados con una muy buena
inclinación, un 16% calculando. Dentro de esa serie de subidas y a mi derecha
tengo el parque eólico. Que tan fuerte será el viento para mover esas aspas tan
grandes? Y aquí voy yo, en mi bicicletita, sobrellevándolo.
La subida cada vez se acentúa más,
el grado de las subidas de por si es bastante alto, y encima el viento sigue de
frente. Subiendo entre las montañas. Veo a algunos que bajan de la bici o se
paran a descansar. Yo sigo en lo mío, pienso en que no importa que tan dura
sienta la bici, aun puedo usar un cambio más y sentir la bici más ligera, pero cuando
lo intento veo que ya no hay para donde mover la cadena!. Aun así, no me levanto,
más que para descansar, y sigo. Pasito controlado. Me viene volviendo loco un
sujeto que traigo cerca; llega un momento en la bicicleta que te estabilizas y
estas con un grupo siempre, a veces te les vas, a veces se te van, pero siempre
acaban juntos de nuevo. Este sujeto trae un sacudir de cabeza con cada pedaleo
que parece que se va a desarmar en
cualquier momento. Altera mi paz interior, pero bueno, ya alguno se quedara atrás,
espero. En realidad me altera.
Sigo pedaleando, hacia arriba, siempre hacia arriba.
Nada de amenazas de calambre, todo bien, ni cansancio. Unos
minutos más de una de las subidas más largas y fuertes y estamos en el Mirador
del Sol, en donde está el abasto con los “special needs”. Hace mucho que no
dejo nada en este punto en las competencias que he hecho, pero esta vez dejé un
mini sándwich con jamón serrano y queso panela. Me lo pongo en la boca y
pensando en que no puedo perder tiempo, me lo llevo entre los dientes toda la
bajada más peligrosa, que empieza justo ahí.
Bajada de 5 curvas hacia Haria. |
Yo no sé los demás, pero yo no vine hasta acá a matarme en
una curva en la bajada. Casi todo lo que subes en cosa de 25 kilómetros lo
bajas en 5, y no es recta, son curvas en “S” bastante peligrosas. Nunca he
bajado rápido cuando hay curvas, y aquí y hoy menos lo haré. Bajo tranquilo, trazando
la trayectoria. Cuando tengo buena visibilidad de la carretera y puedo soltar
una mano del manubrio le doy una mordida al sándwich que se está humedeciendo
por traerlo en la boca. Sigue la bajada, vaya que esta empinada. Me pasan
varios muy rápido. Seguro son de esos que vienen a entrenar aquí. Que les vaya
bien. Tras todas esas bajadas llegamos al pueblo de Haría, otro pueblo blanco,
con subidas. Me recuerdan a donde entreno, solo falta el calor. Por fin me
termino mi sándwich, después de 7 km. Dos tres chipotes más y va de nuevo otra
subida muy larga y fuerte, más fuerte que la anterior. Subo y subo, cada que
veo hacia adelante parece que ya pronto terminara la subida, y al llegar a ese
punto solo me doy cuenta de que sigue y sigue la subida. Son lomas que ocultan
las siguientes subidas. Decido no voltear hacia arriba y solo seguir
pedaleando. Ya terminará.
Mi hidratación ha sido regular, me falta un ánfora, me falta
el agua con la que me enjuago y en cada abasto debo tomar una botella y
vaciarla en la que tengo al frente, y otra ponerla llena. Espero no estarme
quedando corto de líquido. No me puedo enjuagar bien cuando es necesario
liberar líquido, y tampoco me dejan hacerlo bien, hay mucha gente detrás, y
cerca.
Mirador del Rio |
Esta es la subida a Mirador del Rio, la subida que aparece
en tantas fotos de esta ruta. Hasta abajo por la izquierda, muy lejos a más de
400 metros, el mar azul cielo, y “La graciosa”, la isla de al lado. Empiezan
los jadeos, ya se ve el dolor. Mis piernas por momentos arden, busco hacer más
eficiente el pedaleo y eso ayuda mucho, pedaleo tranquilo, sin forzar. La
subida no cede, tal vez 15-16%. Escucho que atrás viene un par platicando,
haciendo plática a los demás, probándolos, a ver si pueden hablar. Me aparecen
por la izquierda y me dicen: “Que pasa Fabián! Como vienes?”, y yo, que vengo
tranquilo, puedo con confianza decirles: “Muy tranquilo, aquí, con el corazón a
100 pulsaciones por minuto” (bromeando claro), y me levanto del asiento y sigo
pedaleando demostrando que claramente el cansado no soy yo… nos reímos todos y
me preguntan, “México! Que hacéis hasta acá?” Y le respondo: “Este es el más
duro del mundo! Por eso vengo! Cuál sería el mérito en hacer uno fácil? Si las
cosas fueran fáciles cualquiera las haría!”…. “Venga!” Me dicen… y se van a su
paso (rápido).
Mirador del Rio. |
El sujeto con el movimiento agitado de cabeza aparece de
nuevo. Vaya estilo!.
Uno que otro prefiere parar y descansar un poco, suena tan
bien la idea, “descansa”, me dice el diablo en la oreja… seguramente ellos no
entrenaron las subidas, yo si, aunque no fue mi mejor temporada. Nada de
pararme, ya terminara esta subida, no vine hasta acá a detenerme, y menos en
tremenda subida. Y si me paro… como demonios me voy a subir de nuevo? Me gustan
las subidas. Sigo, cabeza abajo… jala, empuja, jala, empuja, círculo completo,
suave… ruido, gente. Levanto la cabeza y
por mi izquierda de repente aparece el abasto, ya llegue a la cumbre de mirador
del rio. Abasto por la izquierda!?... Tomo una botella de la mano de un
voluntario con la mano izquierda y en ese mismo momento está la curva a la
derecha y empieza la bajada larga de nuevo. Por venir concentrado no vi el
abasto venir y no pude prepararme para recibir otra ánfora y tirar la que
llevo. Miento madres, ya voy empezando la bajada con mal pavimento y ya no
puedo hacer el cambio de ánforas… con un “Carajo!” termino aventando el ánfora
llena y ahí voy, por la bajada y hasta el siguiente abasto sin líquido.
Mirador Del Rio. |
Fuerte bajada, mucho viento, mal pavimento, cuando menos es
recta en tramos, curvas abiertas pero no las conozco y no me puedo dejar ir
como los que llevo delante. El pavimento está muy rugoso, la bici vibra mucho,
y súmale el viento. Pienso: “Este es un muy mal lugar para caerse, los raspones
serían muy malos en este pavimento”. Pienso también que fue una excelente
decisión cambiar las llantas de Angie por unas nuevas cuando armé las bicis.
Las que traía no aguantarían este pavimento. Las mías sí, pero tampoco estuvo
mal usar unas nuevas y no jugarle al vivo.
Al salir de esta zona estaré en el kilómetro 120. Dicen que
ahí podre acelerar un poco ya que el viento será un poco más amable, aunque estaré
en un falso plano. No veo claro donde es, y ni siquiera sé que velocidad llevo
ya que no traigo datos a la vista. Solo sigo.
Es raro ver mujeres en esta competencia. Hay una o dos cerca
con un paso similar al mío.
Km 150. Una vez más no sé dónde me metí que no vi el incremento
de kilómetros. Solo faltan 30, en menos de una hora debo terminar… si tan solo
supiera a qué velocidad vengo. La ruta se sale de las carreteras principales y
toma un camino pavimentado, pero bastante sinuoso y con curvas. No se ve bien
hacia dónde va y que hay a los lados. Una vez más… yo no lo conozco y no puedo
dejarme ir como todos. Me rebasa uno, dos, tres, uno se me pone detrás, aguanta
un rato ahí, me pasa y se va, se va, se va… evidentemente vengo estorbando, y
eso me molesta. Esto de no conocer bien por donde vas no está padre. Es el
camino ideal para que aparezca un perro, o un pastor con sus borregos.
Recuerdos de dónde entreno? Pues no aparece nada y en cosa de unos 4 kilómetros
salgo de esa zona de vuelta a carretera. 170, ya no falta nada, algunas
glorietas, policías indicando hacia donde, ya se me hace conocida la zona…
rodeamos la zona del puerto y bajamos hacia la avenida de Playa del Carmen,
recta, ya hay gente. En cualquier momento llegaré a transición. No alcanzo a
ver exactamente donde es el punto de desmonte, no sé cuánto falta, cuando
pienso en ir desabrochándome los zapatos para bajar más rápido, ya llegue! Bajo
de la bici relativamente entumido y ahí voy corriendo hacia la bolsa que tiene
mis tenis y mi gorra. Me reciben la bici, saco mi reloj de la bolsa de la bici,
que tendré que llevarme en las manos el maratón completo para ver datos… Me
siento bien, tal vez pueda correr decentemente.
El tiempo… ni idea.
El tiempo de transición, ni idea.
EL MARATON. 42.195k
Tal vez en el momento que iba a
salir a correr en verdad iba concentrado porque no ubico en mi mente el momento
en que me puse los tennis y gorra y salí a correr. Tampoco recuerdo los
primeros kilómetros. Siempre compito desconectado, totalmente cerrado al
exterior, metido en mi respiración y mi paso y mis juegos mentales. Cuando me
salgo de ahí hay problemas. Desde el momento en que tengo algo en mi mente para
poder escribir esto, sabemos que hubo problemas. Regularmente no me acuerdo más
que de dos o tres detalles de todo el día.
Todo bajo control. |
Dijeron plano, plano no es. No
son subidas que causen problema de inmediato, pero te lo acumulan. Las
pagaremos más tarde. Ahora hace calor, ya hay sol, y el viento, por supuesto
sigue aquí. Todo viene bien, mi paso viene bien, traigo buena velocidad, si
sigo así, si se conserva todo, si me alimento bien, si me hidrato bien, si
cuido mi técnica, si me concentro, si no se me va ningún detalle, puedo mejorar
mi tiempo de maratón en Ironman, inclusive en ocasiones traigo un paso
realmente bueno, y sin poner en riesgo nada. Me siento muy bien. No tengo idea
de hasta donde correremos, sé que son 3 vueltas pero no se de cuanto, total, es
plano, no? No importa.
Abastos, no pienso bajar la
velocidad, un vaso de gatorade, dos, un vaso de agua encima, Red Bull???? En
fin, es líquido… rebajado?? En fin. Naranjas, plátanos… sigue.
Voy por los 10k, corriendo por
detrás del aeropuerto y con mucho viento de frente y desde la derecha, desde el
mar, tanto viento que la gorra se puede salir. El viento trae mucha arena y me
viene molestando, en momentos siento la arena entre mis dientes, y la nariz y
la cara. El clima está seco. Si llovió en la mañana, ya no se nota nada. Solo
puedo seguir corriendo y voltearme hacia el lado contrario del viento. No sé dónde
daremos la vuelta y una de dos, o no pusieron señales, o no las he visto. No
debería importarme, mientras no llegue a los 42k realmente no importa dónde esté.
Al dar la vuelta en el km 11 ahora el
viento me repasa el lado izquierdo, mi paso sigue bien, ahora el viento siento
que me ayuda y ahora es una relativa bajada hacia el km 22. He cuidado todos
los aspectos necesarios, creo, estoy tomando todo lo que puedo, comiendo
también, sin perder tiempo. En una zona por ahí la gente echa porras. Algunos
corren realmente rápido. Me doy el lujo de animar a algunos que ya van
caminando, cosa que no es buena, ya no estoy tan concentrado. Por el otro lado
empezando su maratón viene Igmar que me dice que Angie hizo una excelente bici,
que viene a 5 minutos detrás de el... WOW! Eso es muy bueno, se la volvió a
aplicar a varios. Ya solo tiene que correr… que todo le salga bien.
Un maratón de por si es duro. Un maratón
después de 3.8k de natación y de 180k de bici, es más una prueba mental que
física. Claro, sin el entrenamiento físico, la mente sola no hace nada, pero
sin la mente, el físico más preparado no sirve para nada. En el momento en que
uno duda, ya va perdiendo y salir de ahí es toda una batalla que es fácil de
perder.
Ok, es una vuelta de 22, que ya
hice, y faltan 2 vueltas de 10. No hay problema.
Voy hacia allá de nuevo, hacia el
aeropuerto. Hay mucha gente, hay mucha porra, en el camino hacia el kilómetro 5
donde está la vuelta, y que está en el mismo camino que acabo de recorrer y que
no vi, hay una zona de restaurantes donde tienen un muy buen ambiente y huele a
comida y tienen cerveza… y yo... corriendo. Animan mucho… los escucho… ya no vengo
concentrado. En el momento en que estoy consciente de lo que pasa a mí
alrededor, ya no estoy bien.
Mi paso sigue bien, ha bajado un
poco pero aun es decente, en momentos lo mantengo igual que la vuelta anterior.
Intento comer más, y tomar más líquidos para recuperarme y me funciona, puedo
subir el paso de nuevo.
Mas alimento, la solucion. |
Traer el reloj en una mano y
luego en la otra es realmente molesto. Vaya comienzo de día.
Dos vueltas, 32km, ya solo es ir
y volver. Esto ya se acabó. Me estoy sintiendo débil. En el camino hacia el km
37 escucho al diablito en mi hombro que me dice que no es mala idea caminar en
los abastos mientras me como y bebo todo lo que pueda, y le hago caso, empiezo
a primero trotar en los abastos y luego a caminarlos con la idea de correr más
fuerte entre ellos. Error!, eso nunca me ha salido bien, porque habría de salir
aquí? pero se siente tan bien. Mi estómago viene molesto, pero no es cosa
nueva. Pregunto y pregunto en que kilometro estamos. Ya me desesperé.
Por el otro lado vienen pasando
algunos amigos que ya van rumbo a la meta, supongo que me veo mal, Pepe me
dice: “Vamos! Ya terminaste! Cualquier día corres 7 kilómetros!” y si,
cualquier día los corro, pero hoy, y ahorita, ya no suena bien. 7 kilómetros!
Maldita sea! Falta mucho!. Mi estómago está inquieto. Solo una vez me he parado
al baño en competencia… al diablo, tengo que pararme. A desperdiciar tiempo. Con
lo que me gusta meterme a los baños (esa podría ser una historia completa).
Mi velocidad es un chiste.
Intento acelerar y las piernas ya no me responden, mi velocidad me desespera. Ya
no entra la comida, el líquido me sabe horroroso, el red bull es red bull. Naranjas..
ya no! pero me las como, plátanos? Se ven horrorosos. Hago cuentas mientras
intento acelerar, si pudiera correr a mi usual paso, estos kilómetros que
faltan ya no serían nada, vamos!, más rápido!... Ya no responden. Mi pulso está
bien, pero ya no puedo mover las piernas más rápido. Ya sólo son 3 kilómetros,
mi trote indecente se reduce a caminar en varias ocasiones, la gente me grita, trata
de animarme, y sólo logro sentirme peor porque trato de correr y no puedo. La
desesperación al 100%, impotencia. En qué momento se me acabó la energía de
esta manera? Vine haciendo todo lo que tenía que hacer. Aquí estoy pagando los
errores del entrenamiento. Trato de correr y lo único que logro que salga son lágrimas,
inconsolable, vengo hasta sollozando, y eso no me deja respirar bien. Que
dolor, que impotencia y desesperación. Que me duele? Todo. Ya perdí el control
de todo.
Sufrimiento. |
La impotencia de no poder
responder a la gente y lo que es peor, que mis piernas no puedan responder a lo
que mi cerebro quiere me tiene acabado. Puedo tener batallas con mi cabeza,
pero no con el exterior. Usualmente eso no importaría. Como he de verme? Me ven
y me gritan, al ver que ya llevo las dos pulseras que indican que esta es mi última
vuelta, me animan más gritándome “Ya llegaste!”… Ya llegue??? Suena tan fácil!.
2 kilómetros… es tan poco y no puedo con ellos. Caminar, no vine a caminar,
pero no puedo correr. Mantenerme parado cuesta mucho. Lo que mas me duele es el orgullo. Cuando
menos pude dejar de llorar, porque eso no me dejaba respirar. Faltando un kilómetro
me encuentro con Ricardo, va por su última vuelta, esta con su mamá, al llegar
con ellos me dicen “cómo vas?”, me cuelgo de Ricardo y les digo, “Ya! Ya no puedo!”
Me dan un poco de coca cola y dextrosa y literalmente me avientan a seguir “Ya
llegaste!”. Trote, lagrimas, caminar, más lágrimas, me falta el aire, es la
desesperación… trote… por fin se ve la meta… trota!, hazlo!, trota! Me importa
un cacahuate si me animan o no, ya no volteo para ningún lado que no sea la
meta… ya no los escucho, ya solo quiero que se acabe esto, voy mareado, como
por un túnel, y me dijeron después, tambaleándome.
Trota! Solo 100 metros!. |
Al llegar a donde están sosteniendo
la banda de meta, se mueve… mareado, es difícil enfocarla, agarrarla no va a
ser fácil. Brazos arriba… medalla... Que mal me siento!.
-“Estas bien?”-
-“Si,…….. No!”
-“No?, que sientes?”-
-“Nausea, mareo…”-
De un grito traen a los
paramédicos y a la silla de ruedas, me sientan en ella, y me llevan entre la
gente. El organizador de la carrera me da una palmada en el hombro, lo veo de
reojo. Vamos para adentro, servicio médico.
Esta noche acabe con suero,
deshidratado, tiritando, con 3 sabanas
térmicas encima, sin ganas de comer ni tomar nada por un buen rato. Me quede
dormido, medio dormido por el dolor en todas partes. Poco después me regreso el
hambre, comí, estuve más de dos horas ahí dentro, platicando las cosas con los que
llegaban a mis lados. Aquí dentro nadie se ve contento.
Errores en la hidratación este
dia, y una cadena de eventos desde hace meses.
Después de un rato ya me corren
de ahí. Ahora hay que encontrar a Angie… por suerte solo camino un poco y
aparece. Ya, paz.
Que puedo decir de este IRONMAN?
Mi número 13, en el peor día que ha tenido esta sede en 22 años, y uno de mis
peores días?
Uno se pone metas que pueden
parecer inalcanzables, es la naturaleza humana, o cuando menos la de muchos
como yo. En algún momento hacemos esta distancia ya como algo cotidiano, y no
lo es, nunca lo es. El día de hoy no estoy contento, no estoy satisfecho, sino
algo decepcionado de mí mismo y molesto conmigo mismo. No di el máximo, todo el
día, pero me lo exigió al final, y no para mejorar tiempo, sino para mantenerme
de pie. Mi sufrimiento fue consecuencia de mis errores, mi castigo, y me lo
merezco. Tengo ya mucha experiencia en esto para atreverme a llegar así, pero
uno nunca deja de aprender. El día de hoy me sentí como en mi primera vez, no,
como en la segunda, porque en la primera venia yo entre las nubes. Que me sirva
de lección que uno no puede llegar a una de estas competencias mal preparado,
ni mental ni físicamente. Debe doler, claro que sí, es parte del juego, a todos
nos duele, pero hay un punto donde las cosas se salen de lo normal. Hoy en esos
últimos 3 kilómetros tal vez estuve muy cerca de llegar al límite, y lo
divertido y lo sufrido pudo ponerse peor y convertirse en pesadilla. No sé qué
tan cerca o lejos estuve de eso, porque nunca he llegado hasta ahí, y la verdad
no me gustaría. Prefiero seguir pensando en que no tengo límites.
Lanzarote. Nadie dijo que sería
fácil. Cuidarme todos esos kilómetros me ayudó mucho, pero no puedo dejar de
preguntarme que hubiera pasado si hubiera yo llegado en mis mejores
condiciones. Pedaleando como se hacerlo, y corriendo como se hacerlo, con la
energía y la mente al 100%. Probablemente hubiera sufrido más, o menos, pero
seguramente hubiera llegado antes, y sin sufrir el via crucis. Hay gente que no
lo vivió igual que yo. El cuerpo nos juega las cosas de diferente manera, somos
historias individuales y consecuencia de todo lo que nos rodea. Un libro cada
quien.
Vine a darme cuenta de que tengo
que corregir muchas cosas, hay mucho que aprender, mucho que pulir. A esta isla
vienen los mejores, y están aislados en esta burbuja. Hay mucho que
aprenderles, en todos los ámbitos. Es mi vida antes de Lanzarote, y después de
Lanzarote. No solo hablo de Ironman, fue una lección completa de vida.
Definitivamente tengo que regresar no una, varias veces a poner las cosas en
orden con mi cabeza, revolvió todo lo que pensé que sabía. Ya tengo una
referencia valida, mi tiempo, que tiene que, y va a bajar, y mucho. Ya lo
conozco, ya me conoce.
Me siento retado.
Me han preguntado, a veces hasta
de mal modo y sin entender, el Porqué lo hago?, Porque siempre quiero más?,
Porque no me conformo?, Bueno, es la simple aprobación de mí mismo lo que me
mueve, y si algo, o alguien le quita el valor que representa para mí lo que
hago, necesito romper esos límites y reescribirlos, ya sea cambiando de
actividad o mejorando mis tiempos, para seguir sintiendo que sigo ganando mi
respeto, mi aprobación y mi admiración. Después de este día necesito recuperar
mi auto admiración, auto respeto y auto aprobación.
“Si escarbas lo
suficiente, detrás de todo atleta hay una historia muy torcida” -Mark Allen-
Concluyendo: Si pude escribir
esto, quiere decir que fue un muy mal día. Realmente deseo que no se repita, y
no volver a escribir. No más que detalles mínimos, y mis juegos mentales. Esos tal
vez no son entretenidos.
3 días después aun no sabía que
tiempo hice, y no me interesaba. Hoy, no significan nada.
Esta edicion ha sido la mas dura en las 22 que ha habido. El clima.
Las mujeres que llevaba cerca,
eran ganadoras de su categoría.
Al sujeto del movimiento de
cabeza tan… no lo volví a ver.
Mucho que aprender aquí, me doy
cuenta de que no se nada. A reescribir.
Los nuevos en la ruta, como yo, con quienes pense que podria tener comparacion, hicieron abajo de 10:30.
Voy a regresar a darlo todo, ya
estamos planeando la fecha.
Hacerlo no basta, hay que hacerlo
bien.
El dolor de espalda persiste.
El dolor mas fuerte, mi orgullo.
IRONMAN LANZAROTE
“The normal limits do not apply”