Tuesday, June 4, 2013

IRONMAN LANZAROTE 2013, MI EXPERIENCIA. "The normal limits do not apply"

IRONMAN LANZAROTE 2013
MI EXPERIENCIA EN LA ISLA
FABIAN CARMONA OROZCO

“CUANDO EL JUEGO SE PONE DURO, LOS DUROS EMPIEZAN A JUGAR”
(nota en grafiti sobre la carretera en la gran subida a Haría, el día de la competencia)



                Para poder relatar todo lo que viví ese 18 de mayo, debo comenzar por las cosas que vinieron sucediendo, y que me llevaron a vivir este día como lo hice.

                Ponerle el ojo al Ironman llamado “el más difícil del mundo”, respetado y temido, no es cosa que se decide de repente. Desde que escuche de su existencia me llamo la atención y pensé: “Yo quiero saber a qué le llaman lo más difícil del mundo”. Se habla mucho a su alrededor, como para quedarme con la curiosidad. Con esto en mente enfoqué mi entrenamiento a las subidas.

El entrenamiento dejaba frutos, mi velocidad aumentaba en la bici y carrera, las subidas ya no eran problema hasta el año pasado, cuando de repente las cosas empezaron a cambiar para mal. Las subidas me empezaron a costar, y el correr se mantenía. La natación no es mi fuerte, promedio tirándole a ya casi bien.

A principios de 2013 comenzamos a entrenar para Lanzarote. Tuve muchos problemas de disciplina, que era mi fuerte, de alimentación e hidratación, también mis fuertes. Elegí un pésimo momento para flaquear, para venir a Canarias y hacer una competencia que no acepta descuidos.

Los que me conocen saben que nunca me confío, cuando alguien me pregunta “Ya estás listo?”, siempre respondo: “El día que te responda que ya estoy listo, mejor me retiro de esto”. Esta vez mi poca confianza iba más allá de mi incertidumbre común, y el eterno respeto a la distancia. Los entrenamientos de repente me cayeron pesados, nada nuevo, nada que no hubiera hecho ya, pero ya no aguantaba bien las rodadas y corriendo sufría mucho y la velocidad no era la misma. Deshidratación, debilidad,  falta de concentración, calambres, y todo lo necesario para torturarme y hacerme dudar. Atando cabos me di cuenta de que mi alimentación estaba mal, aparte de los varios asuntos que nos atormentan a los que no vivimos de esto, y falta de enfoque. Antes podía bloquear todos esos pensamientos y entrenar como YO mando, y esta vez, simplemente no pude.

El tiempo se pasa muy rápido, entrenado de manera mediocre, por mente, indisciplina o lo que sea que sea el pretexto, vine a dar a España, con más miedo que emoción. Miedo de que?, si es algo que ya he hecho muchas veces? Las sedes son únicas, y nunca había estado en la antesala de Lanzarote.  Débil en los entrenamientos, que me podía esperar aquí? No aguante los 180 en entrenamiento, tampoco corrí arriba de 30k varias veces como acostumbro, ni al paso acostumbrado, y tampoco de manera constante, y acababa deshecho. Nadar? Jamás había dedicado tan poco tiempo a la parte que YO más debo ponerle atención.

Con muy pocas referencias (pocos conocidos lo han hecho), y quien lo ha hecho no es referencia por una u otra razón, en que te basas? Tiempo atrás comenzamos a buscar información de la ruta; Altimetrías, viento, temperatura, etc., y consejos de gente que entrena en la ruta y hace esta competencia tan temida y respetada como si fuera cosa de todos los días, sin restarle el respeto al lugar. “Cuidado en general!, hace calor, el clima es seco, al cruzar Timanfaya, que es una zona volcánica, el calor puede exprimirte, puedes deshidratarte, el viento es una brutalidad, debes cuidar las piernas para poder correr después, el maratón es muy rápido porque es plano, tal perfil en las ruedas, tal tipo de llanta, etc.,” … Miedo,  me gusta tener el mayor control posible de las cosas.

                Confiar en mi experiencia con un entrenamiento que no me deja satisfecho, no me gusta, es como saltar de un avión queriendo caer en un montón de paja (sin paracaídas). Así de incontrolable es esta distancia. Esto es serio. Me gusta hacer las cosas bien, y solo presentarme a terminarlo  y ponerme la medalla va contra mi manera de ser.  Las ultimas 3 veces ha sido así, y eso no me deja bien parado. Por suerte el pasado salió bien, pero el anterior sufrí. No me gusta sufrir de esa manera y juré no volver a llegar mal entrenado. Y luego? Para este? …. Mal. Hacerlo así ha traído lesiones que aún no me quito.

En España vienen más consejos y mi angustia crece. Dentro de todos los consejos viene el de rodar tranquilo, y guardar energía para correr. Esto se decide corriendo los 42k, y con suerte puedo correr adecuadamente. “No te pelees con el viento, porque siempre va a ganar el”, o bien, “deja que los demás se quemen, que después los pasas corriendo”. “Mucho cuidado, no tiene caso intentar bajar rápido, que lo que subes en 25 km lo bajas en 5 km y el riesgo no vale la pena, no ganas nada, y en un descuido te vas al voladero”. 

Buenos días de entrenamiento y tranquilidad en Madrid, como en casa. Excelente natación, excelente carrera por los alrededores y rodadas de lo mejor. No tiene precio tomar tu bici y salir a entrenar sin tener que manejar horas. Inconcebible para ellos. No hay duda, amamos lo que hacemos.

Madrid
Madrid


El dolor en mi espalda baja persiste, ya lleva 10 meses, inquietante.

Comiendo 4 días antes muy bien en Madrid, pensaba que tal vez estos últimos días deberían ayudarme. Una preocupación menos. Más información trae más nervios, y más estrategia.

“Don’t write checks with your mouth, that your body can’t cash”.

Nunca me ha gustado hablar de tiempos, ni que tiempo quiero, ni cuanto hice, ni de ganar o perder, o si van contra mí, o apostaron. Cada quien su competencia. Mis datos son míos. Son factores incontrolables de los que depende un simple número. Esta vez me lo preguntaron mucho, hay gente cuya vida depende de eso. Lo hago en mi mente, para mí, y en este caso no tenía referencias ni como para formarme una idea. Voy contra mí, y ya. Cuando vencer a los demás deja de ser el objetivo, y cuando re direccionas tu energía a mejorar y vencerte a ti mismo, los resultados llegan por si solos. Uno no puede basar el éxito propio en el de los demás, hay mucho más.

LANZAROTE
Es una isla construida por volcanes, los cuales estan dormidos pero en zonas aun estan vivos y el olor a mineral esta por todos lados. Su naturaleza puede ser poco amistosa si no se le sabe apreciar. Se ha ganado el aprecio de los deportistas por ser el lugar ideal para recluirse y entrenar o competir. Hablando del IRONMAN, encuentras gente de nivel atlético alto. Desgraciadamente en México se ha convertido en una pasarela, moda, y un marcador de status social (sin restar méritos ni generalizar). En América lo han vendido como una misión digna de dioses. Cuando lo haces, ya puedes morir, tu vida ya tendrá el sentido que habías buscado. No importa si lo haces bien o mal, sólo termina, y el resto de tu vida y obra ya no importa. Hay gente que se define por usar el M-dot (logotipo “M”), y otros que lo usan y nunca se lo ganaron. Compite todo tipo de gente que va desde los que ponen el alma, y los que entrenan solo bien, regular, o mal, o como una simple aventura, o muchos que claramente es la primera vez que hacen deporte, o lo toman a juego, con sus riesgos. No por nada ha aumentado la tasa de mortalidad. Muy respetable. Hacerlo bien es diferente, pero ese es también es otro tema.

Timanfaya
Lanzarote


Si hay algo que llama la atención en Lanzarote es la calidad de los atletas; mentalidad, disciplina, alimentación, constancia, vida completa y resultados, y de la mano, la imagen. Esta gente es muy fuerte, tan fuerte que si se dignaran a salir del IRONMAN más duro del mundo e hicieran alguno de esos que tenemos del otro lado del atlántico, varios “Pro” bajarían la mirada, esos que se sienten intocables, y que tan cordiales y amables son (si, fue sarcasmo, pero no generalizo). Aquí  se diluyen, entre los de grupos por edad.  Los demás, como yo, ni hablar. Los equipos que compiten por tener el mejor equipamiento… bueno… el ping-pong es bonito también.

El 70% de la gente que compite en Lanzarote ha calificado para Kona; 7 de cada 10 tienen ese nivel.  Si, el campeonato mundial en Kona es también perseguido. Todo mundo sabe que Kona es fácil comparado con este, pero hay que ir, es parte del juego. El que viene a este lugar, se registra para hacerlo BIEN. Ejemplos tengo muchos alrededor, muy cerca. Y Kona… (atención) Que tal que algunos que califican aquí, no les interesa ir?

Uno sabe que el nivel europeo especialmente en ciclismo es muy alto, pero esto es la locura.

No acostumbro recorrer la ruta del ciclismo, pero esta vez es necesario, hay zonas de bajadas y curvas de mucho respeto que más vale tener bien identificadas para no llevarse sorpresas. “hay que trazar bien las bajadas y hacerlo con tranquilidad”, me han venido diciendo.

Mi alimentación va relativamente bien, buena cantidad, la calidad… podría ser mejor. El hotel no ayuda.

Me queda claro que con todo mi antecedente y lo que veo y escucho por aquí, yo vine a aprender todo lo posible y a conocer, quitándome el sombrero, hacer lo mejor posible sin forzar, y a preparar mi regreso a esta isla, en mejores condiciones, a perfeccionar.


JUEVES PREVIO. (faltan dos días).
Ya instalados y registrados, comenzamos a conocer más atletas, se siente tensión, pero todo muy amigable, será tal vez la presencia española tan grande? También hay mucho alemán, mucho británico. De notarse la apariencia de triatletas muy trabajados. Estamos en una gran sede. Es muy raro ver gente con exceso de peso y hay muy pocas mujeres. Todos tienen apariencia de pro. Una vuelta por la parte dura de la ruta en coche con Erika y Guillermo, de León. Es técnica, peligrosa, de mucha paciencia, mucho viento, muchas bajadas, aire seco, áreas poco amigables, muchas rocas, pavimentos en general bien pero con malas áreas en bajadas, mucha glorieta, curvas cerradas en bajadas, falsos planos, subidas, subidas, y más subidas. La energía de la tierra se siente aquí, huele a volcán. Muchas fotos… silencio en el coche en algunas zonas, creo que todos sabíamos lo que nos esperaba, pero no lo decimos, solo lo sentimos, y al verlo de frente y a unas horas...  Silencio incómodo.

El maratón… rápido y plano, dijeron, ni vimos la ruta.

Algunos nuevos amigos españoles. Será su primera ocasión en Ironman Lanzarote, y con quienes tal vez puedo compararme un poco. Otros que lo han hecho ya 8-10 veces con todo el colmillo del mundo y unos tiempos tan buenos como 10:30 y menos, o poco más… en un lugar como este!. A quien se le pregunte un tiempo para darme una idea de en qué me metí, me salen todos con tiempos de entre 9 y 10:45, por supuesto con Kona en la bolsa. Eso es mejor o igual a lo que hago yo en mis mejores condiciones y en rutas de las de aquel lado (América). Esta gente hace las cosas de diferente manera. Evidentemente lo hacen mejor (Fabián aprendiendo).

Somos novedad. Los mexicanos en Lanzarote… no se explican que hacemos hasta acá!. Somos los nuevos aquí. Todos han venido varias veces.

Pasando por la tienda de bicis “ProBike”del pueblo “La Santa”, que debo decir es una gran tienda, muy bien equipada para estar en medio de la nada (cerca de uno de los mejores centros de entrenamiento del mundo), compramos un par de cámaras, llantas que no encontré en Mexico, y capsulas de CO2 que para mí enojo como siempre fueron a dar a manos de la aerolínea.

Armar las bicis siempre es un momento de concentración. Mucha atención en lo que se hace, uno no quiere errores. Para mí es un ritual. Cada tornillo, cada pieza. Ajusto un poco mi manubrio, hay mucha bajada. Armo y ajusto la mía al 100%, armo la de Angie al 100% y dejo algunos ajustes para ella. Armar una sola bici puede ser rápido, armar dos, con todo y cambio de llantas de repente se hace lento y acabas sudando, si haces las cosas con cuidado.

VIERNES PREVIO (mañana es el día)
                Abrimos el día con una sesión fotográfica en la playa con Pablo, del periódico Reforma. Algunos ya se fueron, otros no llegaron. Somos 4 haciendo poses de superhéroe para la cámara. Divertido. El cielo esta nublado, llueve un poco… este clima no me tiene tranquilo, más vale que mejore.

Reforma
Fotos Reforma

Vuelta pequeña para las fotos en subidas por supuesto. La pequeña botellita de Gatorade que traigo en la bici se viene cayendo mientras ruedo, muy molesto, tengo que apretar el porta ánforas un poco para que no se caiga, ya lleva varios intentos. A terminar las bolsas de transición, uno no quiere olvidar nada, silencio, repasar y repasar. Siempre se puede olvidar algo.

Todo Listo
El Ritual

Es momento de entregar las bicis. Me siento nervioso. La fila hacia la entrada del check in de las bicis se mueve rápido, uno no quiere estar parado mucho tiempo un día antes de competir. En el registro de bicis revisan los frenos, el casco, que todo esté en buenas condiciones. Es buena medida. Pongo la bici donde me corresponde y como siempre ubico bien el punto donde la dejo una y otra vez para no perderme mañana al salir corriendo del mar.

Hay que dejar las bolsas de transición, las de la bici están abajo en la playa a unos 100 metros. Están armando aun la carpa (vestidor), uno solo, es unisex. Veo bien por donde saldremos de nadar, por donde entraremos a la carpa y por donde saldremos en unas horas. Subo a dejar mi bolsa de T2, donde tengo lo necesario para correr, la distancia entre la playa, la bolsa de la bici, el vestidor y la bici es grande. La arena es fina y pegajosa, hay que correr por una subida que puede ponerse resbalosa si trae uno puestos los zapatos de la bici, o sin ellos! así que… cambio de planes! A sacar los zapatos de la bici de la bolsa y a ponerlos en los pedales mañana al llegar a la zona. Necesito ligas y no tengo.

T1 Transicion 1
T1 (Transicion 1)


Relajado en la cena, y de repente me cae de lleno la idea. Me acuerdo a que vine. Es mañana, estamos a unas horas, LANZAROTE! Llego el día, han pasado varios años desde que le pusimos el ojo a esto, y no estoy en mi mejor momento. Como me irá? Todos a mi alrededor se ven muy confiados.

Como es costumbre por una u otra cosa se me hace tarde para dormirme, esta vez sin embargo caí más temprano, alrededor de las 10:30 ya estoy acostado… Serán pocas horas y un día largo mañana. Nunca es suficiente sueño.

SABADO 18, IRONMAN LANZAROTE
                4:40 AM.  Despertador, el tema de Forrest Gump (si, es en serio). Brinco de la cama y comienza mi silencioso ritual. Chip, trisuit, el Road ID, goggles, gorra de natación, de una vez el wetsuit, para que se vaya acomodando y que me cubra un poco del frio. Hoy voy a probar algo nuevo en competencia. Los últimos ironman en aguas frías he salido mareado y a veces a media agua tengo náuseas y casi vómito. Eso no me pasaba antes. A medio mar es peligroso, sientes la vida en un hilo, un mal respiro al tratar de vomitar y te ahogas con tu propio vómito o con agua. Puede ser la temperatura del agua en el oído medio, aquí el agua esta fría, así que la prueba será usar doble gorra y usar tapones en los oídos.

El hotel esta inusualmente cerca, a cosa de 200 metros. Jamás me había quedado tan cerca. Solo bajo al restaurante, me como un par de panes con mermelada y salimos hacia transición.
Aun oscuro, me gustaría que así siguiera.

Aun oscuro.
Como siempre, lo primero que hago es ver el cielo… el clima no mejoró. Me ha pasado que los días anteriores son perfectos y el día de la competencia llueve, o al revés, pero en este caso todo está igual… estaba nublado anoche y con llovizna, y sigue así… ok, “que se nuble todo lo que quiera, pero que no llueva”. Nunca ha servido de nada monitorear el clima. La gente decía que habría sol, gente que ha hecho muchas veces esta competencia… deben tener razón, y esto mejorará.

Sigue oscuro, y al estar arreglando los últimos detalles en mi bici, zapatillas fijas en los pedales, chequeo de frenos, cámaras en su lugar, capsulas de Co2, aire, muevo el porta ánforas que apreté ayer para poder poner el gatorade ayer y se rompe!... maldita sea! Son aproximadamente las 6:30 y cierran a las 6:45 el área. Angie sale corriendo a buscar apoyo técnico y que me pongan otro porta ánforas, y mientras yo me quedo con la boca abierta, los ojos pelones y la cabeza a mil por hora pensando en cómo puedo arreglar esto, o como puedo sobrevivir sin ella. Siempre entreno y compito así. Parece una eternidad y el apoyo no llega. No tienen porta ánforas. En fin… me las tendré que arreglar así, y poniendo mucha más atención en la hidratación.

Todo listo. Porta anforas roto.
El área de transición es solemne. Todos saben lo que hacen, y quien no, no pregunta. Todos checamos los detalles una y otra vez entre el nerviosismo y que seguimos medio dormidos. Frenos, válvulas, el alimento, las cámaras… silencio. Sé que hay música porque me lo han dicho, pero jamás le he puesto atención, bien podría no haber y no notaria la diferencia. Creo que no hubo. A veces ofrezco ayuda a quien veo que está dudoso, hoy no. Hoy no me caería nada mal que alguien me ayudara.

La lluvia se intensifica, nervios. Lluvias como estas son las que duran todo el día. Esto no me deja tranquilo. Una visita al baño y estamos listos para bajar al mar. La cola para los” port-a-potties” es enorme. A un restaurant. La lluvia se pone más fuerte, empieza a aparecer luz en el horizonte.

Lluvia y viento, y aun no comenzamos...

Ya es algo tarde, aproximadamente 10 para las 7. Ya no falta nada. La gente ya está toda en posición para entrar al mar al disparo de salida, es un arranque grande, 1700 humanos en neopreno. Silencio, nervios. Donde ubicarme? Lo más adelante posible sin meterme en problemas. Angie está conmigo. Me pongo bastante irritable e irritante estos días. Ella se merece el cielo. De por si me pongo algo tenso, aunque por fuera no se note mucho,  y para esta ocasión estoy insoportable. Demasiada incertidumbre.

El helicoptero ya se acerca, y se coloca encima de la ruta hacia donde nadaremos, en cualquier momento arrancamos.

Hay musica y alguien hablando al microfono. yo no escucho nada.

Suena por fin el disparo y alcanzo a ver que los de adelante corren hacia el agua. Si he lamido los goggles 10 veces son pocas. No va a ser una entrada fácil, espero haberme ubicado bien, o me van a atropellar o voy a atropellar gente. Angie y yo venimos llegando al agua, un último beso, dos tres pasos dentro del agua, adentro! Empieza la pelea…



LA NATACION 3.8km
Nadar en esto es como un nudo en el tiempo, leí un día en la reseña de un amigo que esta vez no compitió. Entras al agua y el tiempo parece detenerse y  cuando menos te lo imaginas ya saliste,  pero eso es en nataciones tranquilas, aquí me tuvieron todo el tiempo muy consciente. Aquí lo que pensaba y sentía.

Al parecer me ubique detrás de donde debía. No solo me vienen estorbando, sino que de repente tengo frente a mí una pared de 3 o 4 personas que no puedo pasar, y que me propinan golpes gratis. Las patadas, los manotazos y codazos están a la orden, los pies de los otros a pocos centímetros de mi cara, puedo sentir en la cara las burbujas de las patadas, burbujas por todos lados, no se ve nada. El movimiento del agua que ocasionan y de repente uno que otro rozón de los pies en la cabeza. De las manos ni hablamos. La cara hay que cuidarla, una patada en la nariz y el día se acabó. En un momento más debe de disolverse esto un poco y nadaremos más tranquilos. Hay nataciones más, o menos sucias. Esta es muy agresiva y muy sucia.

Los golpes no se acaban, no sé qué pasa, después de 300 o 400 metros debería uno poder nadar relajado. Estoy trazando una línea cercana a las boyas que marcan el camino, eso debe ser la razón de tanto golpe, pero no quiero nadar por afuera. Si me hubiera colocado mejor sería todo más fácil. Patada en los goggles que me los mueven de lugar, eso dolió. Cada brazada es con alguien a un lado, a veces es golpe, a veces podemos nadar juntos sin agresiones, a veces coinciden las brazadas y hasta siento como si su brazada también me ayudara. El agua es transparente, pero no se abre un espacio mas grande de 10 centimetros entre nosotros, hacia abajo hay peces, arena, todo tranquilo. Sabor a sal en toda la boca, y no falta que al respirar, el agua que salpica el de a lado va a dar a mi boca y me doy el tremendo trago de agua salada que causa nauseas. A exprimir la boca todo lo que puedo para sacar el sabor a sal, todo sin parar. Las boyas que marcan las vueltas son puntos peligrosos, te encuentras con gente nadando de pecho, importándoles poco patear a los demás. El azul profundo debajo de mí, se pierden en el azul las cadenas de las boyas. Varios grupos de peces pequeños y medianos. De reojo tengo la suerte de ver una tortuga muy espantada por todo el desorden que estamos ocasionando. Hay quien vio un tiburón, yo no lo vi, nunca los he visto y así estoy bien.

 No es raro que uno se tope con gente necia y hostil al nadar, aparecen golpeando, y lo que hago es empujarlos lejos de mí. A uno no le parece y me tira “la mirada” cuando me detengo para ver de qué se trata. Bueno, no es la primera ni última vez que pasa esto. Todos seguimos adelante.


Mi prueba de la doble gorra y los tapones en los oídos al parecer va bien. Ni nauseas ni mareos. Apenas estoy por salir de la primera vuelta, veremos cómo se portan en la segunda.
El tiempo de mi primera vuelta es decente… menos mal.
Al comenzar la segunda vuelta ya no hay tanto tráfico, pero podría ser mejor, aún hay uno que otro golpe y gente que parece que va nadando hacia otro lado que no es a donde vamos todos.

Por ahí del km 2.8, por mi izquierda, a unos 10 metros de mi, veo un wetsuit conocido y gorra rosa, es mujer, y el wetsuit no engaña, es Angie. Me detengo, espero a que al respirar saque una oreja y le grito. Toda confundida se detiene y me grita “No te detengas!” Le mando un beso, que era la razón para pararla, y me sigo. Ya no la vería de nuevo hasta el maratón, muchas horas después.

Cero mareos, cero nauseas, la prueba funcionó. Los tapones molestan.

Esa línea recta paralela a la playa y hacia la salida de la natación en ocasiones se siente interminable, la música cada vez más cerca, ahí está ya la gente y me acerco poco a poco, pero se siente eterno. Sigo nadando, de repente ya veo que algunos alrededor comienzan a pararse y caminar, yo prefiero seguir nadando hasta que el largo de mi brazo toque la arena, después de todo es más fácil avanzar nadando que intentando correr cuando el agua está arriba de las rodillas. Una mano, dos, pies… y arriba. Salgo corriendo hacia la bolsa que tiene mis cosas de bici, pasando por las regaderas de agua dulce en las que varios se toman su tiempo enjuagándose. Yo me sigo derecho, arriba habrá como enjuagarme los pies. El resto de la sal y arena no me molesta.



El tiempo total de natación… podría ser mejor.

Al quitarme la parte superior del wetsuit, mi reloj, que me marca todos los datos que necesito saber, sale volando. Debí cambiar el extensible antes de venir, ya estaba fallando. Tras la respectiva mentada de madre lo recojo y sigo. No podré usarlo. A pensar como lo llevare todo el día, lo necesito. Tengo dos problemas, un porta ánforas roto, y ahora el reloj. Todo mientras sigo corriendo para cambiarme.

El vestidor está bastante lleno. No hay strippers que te quitan el wetsuit, y eso hace las cosas lentas para los que estamos mal acostumbrados. Ricardo sale un par de minutos antes que yo. Lentes, casco, mangas… demonios como se atoran estas cosas cuando estas mojado… pienso en dejarlas pero puede hacer frio allá arriba… paciencia… por fin salgo! Subo la rampa, contento de haber decidido no correr con los zapatos de bici; muchos se resbalan. Llego a mi bici, salgo corriendo con ella a un lado.
Tiempo de transición largo. Ni modo.

LA BICICLETA 180.2 km
Sigue lloviendo, no me da ninguna paz mental, ruta difícil, con mucho viento, muchas subidas, muchas bajadas, curvas cerradas con lluvia… no son las mejores condiciones. Que todo esté bien.


Ya en camino, y el reloj en la mano, no puedo estar más molesto. Abro el “bento box” la mochilita que llevamos al frente con alimento para meterlo ahí, y está llena de comida. Paso algunas cosas a las bolsas traseras de mi top para hacer espacio y meto el reloj ahí. No veré datos todo el día, y tal vez sea lo mejor, para no presionarme. No traigo la mente ni el cuerpo para hacerlo.

Desde el momento en que uno se sube a la bici empieza la pendiente, una muestra de lo que nos espera. Un par de curvas y estamos en carretera. El piso mojado, llueve, y esas glorietas hay que tomarlas con cuidado, o puedo acabar en el suelo. Tierra en las orillas, cero descuidos.

La distancia está marcada cada 5km con un señalamiento.  Cuando menos sabré en qué punto estoy.

“Despreocúpate”.

Una vez más tengo que confiar en lo que se hacer, y pedalear sin presionarme, y ahora, sin datos, a puro “feeling”, estando muy consciente siempre del estado de mis piernas para no tronarlas, y ya que la ruta de este ironman es la que es, tendré que medirme más aún.
Vengo pasando gente, no sé si se vienen cuidando más que yo, y al rato pagare mi falta de respeto, o salí más atrás de lo debido. Suena por ahí una ambulancia. Solo pienso en que ojala no le haya ido tan mal. Esta sería la primera de varias ambulancias que escuche y vi. En un rato aparece Ricardo, platicamos un poco de ir tranquilos y seguimos cada quien su camino. El viento esta por todos lados, no hay un rato de tranquilidad. Viento de frente, de lado, del otro lado de repente… es tan fuerte que te mueve de carril. Un descuido y el viento te tira de la bici. Agárrate bien, sostenla bien, la bici se sacude con tanto viento. Firmeza total en los brazos y cada movimiento. 20km, 30km… de repente estamos en la bajada larga, que es la entrada al Parque Nacional Timanfaya, que es el área más castigada por las erupciones de los volcanes de la isla. Es un desierto de roca negra para donde mires, con montañas negras y nada de vida. Bajada con mucho viento y unos 2 km de largo. El viento es muy fuerte, es necesario sostener fijamente el manubrio, sostener el asiento con los muslos, y el cuadro de la bici con las rodillas, esto mientras bajo todo mi torso para ofrecer menos resistencia, y empujo la cadera un poco hacia atrás, para compensar por la bajada y estabilizar más la bicicleta, sin dejar el frente sin peso. Aun así, siento como el viento me empuja hacia los lados. Si me levanto, soy un paracaídas, es como frenar.

Timanfaya
Esta bajada fue solo un respiro. Esta misma recta rodeada de lava, sube poco a poco hasta llegar a una muy buena subida con un desnivel manejable, pero largo, es la recta de Timanfaya, de 12 kilometros, con el viento a todo lo que da de frente, y encima de subida. Una subida que en tantas fotos vi antes de venir, con su característico diablo, símbolo del parque. Muchos cambios para poder manejar el viento, solo ocasionalmente me levanto para pedalear, y no para hacer más velocidad, sino solo para descansar del asiento. Siempre vengo recordando que debo cuidarme, así que no me puedo dejar llevar. Aquí debería hacer mucho calor, mucho, pues a 3 o 4 metros de profundidad la temperatura es de 350 grados, pero el día de hoy el clima esta de cabeza, esta lloviznando aun y el viento está fresco y vuelto loco. Aparece Ricardo de nuevo tras esa recta, vamos juntos otro rato y en una vuelta en “U” de una subida, me meto entre algunas bicis, hago un cambio y salgo de ahí. Al terminar la curva ya no vi al Rick, seguro ya no pudo pasar. No vería al Rick de nuevo hasta el maratón. Tuvo problemas mecánicos un poco después.

Mi alimentación va bien, me he comido todo lo que corresponde al tiempo que llevo… Me siento bien.

Los caminos llenos de viento y roca te llevan por varios pueblos y cruces, viñedos que crecen como por milagro en tierra volcánica y que siembran de una manera muy especial. Llegas a Tinajo, uno de los principales pueblos, donde hay una recta de bajada, muy segura a mi parecer, donde hay una ambulancia que escuchamos minutos detrás. Hay un competidor tirado en el suelo, con sangre por la nariz, ya lo están atendiendo. Por ahí alguno comenta: “En recta!, pero que venía haciendo este tío? Como se ha caído?” y otro le responde: “Alguna tontería habrá hecho!” Mientras yo pienso lo mismo y les digo: “No se ve nada bien!, ojala este bien”.
De este pueblo  vas a dar al nivel del mar, a “La Santa”, el pueblo desde el que empiezan las subidas poco a poco, hasta que llegas a las dos cumbres de la isla. Veo que adelante viene uno de los nuestros, evidentemente lleva una muy buena música en la mente… claro! es el guerrero Igmar. Me le pongo a un lado, y sigo su ritmo de fiesta un poco. Nos animamos un poco, platicamos un poco, comentamos del nivel de los que nos rodean y acordamos irnos al mismo paso. Después decidió seguir a su ritmo.

Todos los pueblos son iguales, es fácil perderse aquí. Casitas blancas, puertas verdes, parecen ser pueblos fantasma, pero seguro hay gente, simplemente no sabemos dónde están. Llevo el mar por la izquierda. Pero uno no puede descuidarse, la carretera está abierta para el tránsito de los coches, y el viento y los demás ciclistas también están ahí. Los británicos manejan por el otro lado, así que hay que tener cuidado con ellos, que de repente vienen rebasando por la derecha o pegados a su izquierda cuando vienen tranquilos, justo por donde los demás venimos rebasando. Encima se molestan si les dices algo. Orgullosos, peligrosos.

La subida al pasar La Santa no podría dejar de tener viento, ya no importa si es de frente o de lado, o por detrás o por debajo, o como sea, más vale habituarse a la idea de que ahí estará siempre. Las piernas se sienten bien, subo, subo, cada vez más. Mi cadencia viene bastante relajada, claramente podría venir mucho más rápido usando una relación más agresiva. Mejor sigo tranquilo, no sé lo que me espera. Mesura, tal vez pueda hacer un buen maratón. De repente veo el señalamiento que dice “100 km” Yo no sé dónde me he metido los últimos kilómetros, pero habré venido tan concentrado que ni cuenta me di del avance. Ya no hay bajadas. Los planos ni mencionarlos, aquí no existen, y si hay algo que se parezca a un plano, tiene mucho viento, lo que lo hace parecer subida.

Jala, empuja, jala, empuja, ciclo completo, dolor… contrólate.

100 kilómetros. Asombrado, y sin saber dónde he estado desde el 50, le pregunto a una persona que va junto a mí: “Oye, eso está bien? Estamos en el 100?” me dice “Claro! Ya estamos en el 100!” Caray… eso significa que los siguientes kilómetros serán de pura subida, de la misma que vengo haciendo desde hace ya varios kilometros. De bienvenida a las subidas más fuertes hay una curva a la derecha de casi 180 grados con una muy buena inclinación, un 16% calculando. Dentro de esa serie de subidas y a mi derecha tengo el parque eólico. Que tan fuerte será el viento para mover esas aspas tan grandes? Y aquí voy yo, en mi bicicletita, sobrellevándolo.

La subida cada vez se acentúa más, el grado de las subidas de por si es bastante alto, y encima el viento sigue de frente. Subiendo entre las montañas. Veo a algunos que bajan de la bici o se paran a descansar. Yo sigo en lo mío, pienso en que no importa que tan dura sienta la bici, aun puedo usar un cambio más y sentir la bici más ligera, pero cuando lo intento veo que ya no hay para donde mover la cadena!. Aun así, no me levanto, más que para descansar, y sigo. Pasito controlado. Me viene volviendo loco un sujeto que traigo cerca; llega un momento en la bicicleta que te estabilizas y estas con un grupo siempre, a veces te les vas, a veces se te van, pero siempre acaban juntos de nuevo. Este sujeto trae un sacudir de cabeza con cada pedaleo que parece que se  va a desarmar en cualquier momento. Altera mi paz interior, pero bueno, ya alguno se quedara atrás, espero. En realidad me altera.
Sigo pedaleando, hacia arriba, siempre hacia arriba.

Nada de amenazas de calambre, todo bien, ni cansancio. Unos minutos más de una de las subidas más largas y fuertes y estamos en el Mirador del Sol, en donde está el abasto con los “special needs”. Hace mucho que no dejo nada en este punto en las competencias que he hecho, pero esta vez dejé un mini sándwich con jamón serrano y queso panela. Me lo pongo en la boca y pensando en que no puedo perder tiempo, me lo llevo entre los dientes toda la bajada más peligrosa, que empieza justo ahí.

Bajada de 5 curvas hacia Haria.


Yo no sé los demás, pero yo no vine hasta acá a matarme en una curva en la bajada. Casi todo lo que subes en cosa de 25 kilómetros lo bajas en 5, y no es recta, son curvas en “S” bastante peligrosas. Nunca he bajado rápido cuando hay curvas, y aquí y hoy menos lo haré. Bajo tranquilo, trazando la trayectoria. Cuando tengo buena visibilidad de la carretera y puedo soltar una mano del manubrio le doy una mordida al sándwich que se está humedeciendo por traerlo en la boca. Sigue la bajada, vaya que esta empinada. Me pasan varios muy rápido. Seguro son de esos que vienen a entrenar aquí. Que les vaya bien. Tras todas esas bajadas llegamos al pueblo de Haría, otro pueblo blanco, con subidas. Me recuerdan a donde entreno, solo falta el calor. Por fin me termino mi sándwich, después de 7 km. Dos tres chipotes más y va de nuevo otra subida muy larga y fuerte, más fuerte que la anterior. Subo y subo, cada que veo hacia adelante parece que ya pronto terminara la subida, y al llegar a ese punto solo me doy cuenta de que sigue y sigue la subida. Son lomas que ocultan las siguientes subidas. Decido no voltear hacia arriba y solo seguir pedaleando. Ya terminará.

Mi hidratación ha sido regular, me falta un ánfora, me falta el agua con la que me enjuago y en cada abasto debo tomar una botella y vaciarla en la que tengo al frente, y otra ponerla llena. Espero no estarme quedando corto de líquido. No me puedo enjuagar bien cuando es necesario liberar líquido, y tampoco me dejan hacerlo bien, hay mucha gente detrás, y cerca.

Mirador del Rio

Esta es la subida a Mirador del Rio, la subida que aparece en tantas fotos de esta ruta. Hasta abajo por la izquierda, muy lejos a más de 400 metros, el mar azul cielo, y “La graciosa”, la isla de al lado. Empiezan los jadeos, ya se ve el dolor. Mis piernas por momentos arden, busco hacer más eficiente el pedaleo y eso ayuda mucho, pedaleo tranquilo, sin forzar. La subida no cede, tal vez 15-16%. Escucho que atrás viene un par platicando, haciendo plática a los demás, probándolos, a ver si pueden hablar. Me aparecen por la izquierda y me dicen: “Que pasa Fabián! Como vienes?”, y yo, que vengo tranquilo, puedo con confianza decirles: “Muy tranquilo, aquí, con el corazón a 100 pulsaciones por minuto” (bromeando claro), y me levanto del asiento y sigo pedaleando demostrando que claramente el cansado no soy yo… nos reímos todos y me preguntan, “México! Que hacéis hasta acá?” Y le respondo: “Este es el más duro del mundo! Por eso vengo! Cuál sería el mérito en hacer uno fácil? Si las cosas fueran fáciles cualquiera las haría!”…. “Venga!” Me dicen… y se van a su paso (rápido).

Mirador del Rio.
El sujeto con el movimiento agitado de cabeza aparece de nuevo. Vaya estilo!.

Uno que otro prefiere parar y descansar un poco, suena tan bien la idea, “descansa”, me dice el diablo en la oreja… seguramente ellos no entrenaron las subidas, yo si, aunque no fue mi mejor temporada. Nada de pararme, ya terminara esta subida, no vine hasta acá a detenerme, y menos en tremenda subida. Y si me paro… como demonios me voy a subir de nuevo? Me gustan las subidas. Sigo, cabeza abajo… jala, empuja, jala, empuja, círculo completo, suave… ruido, gente.  Levanto la cabeza y por mi izquierda de repente aparece el abasto, ya llegue a la cumbre de mirador del rio. Abasto por la izquierda!?... Tomo una botella de la mano de un voluntario con la mano izquierda y en ese mismo momento está la curva a la derecha y empieza la bajada larga de nuevo. Por venir concentrado no vi el abasto venir y no pude prepararme para recibir otra ánfora y tirar la que llevo. Miento madres, ya voy empezando la bajada con mal pavimento y ya no puedo hacer el cambio de ánforas… con un “Carajo!” termino aventando el ánfora llena y ahí voy, por la bajada y hasta el siguiente abasto sin líquido.

Mirador Del Rio.
Fuerte bajada, mucho viento, mal pavimento, cuando menos es recta en tramos, curvas abiertas pero no las conozco y no me puedo dejar ir como los que llevo delante. El pavimento está muy rugoso, la bici vibra mucho, y súmale el viento. Pienso: “Este es un muy mal lugar para caerse, los raspones serían muy malos en este pavimento”. Pienso también que fue una excelente decisión cambiar las llantas de Angie por unas nuevas cuando armé las bicis. Las que traía no aguantarían este pavimento. Las mías sí, pero tampoco estuvo mal usar unas nuevas y no jugarle al vivo.

Al salir de esta zona estaré en el kilómetro 120. Dicen que ahí podre acelerar un poco ya que el viento será un poco más amable, aunque estaré en un falso plano. No veo claro donde es, y ni siquiera sé que velocidad llevo ya que no traigo datos a la vista. Solo sigo.

Es raro ver mujeres en esta competencia. Hay una o dos cerca con un paso similar al mío.
Km 150. Una vez más no sé dónde me metí que no vi el incremento de kilómetros. Solo faltan 30, en menos de una hora debo terminar… si tan solo supiera a qué velocidad vengo. La ruta se sale de las carreteras principales y toma un camino pavimentado, pero bastante sinuoso y con curvas. No se ve bien hacia dónde va y que hay a los lados. Una vez más… yo no lo conozco y no puedo dejarme ir como todos. Me rebasa uno, dos, tres, uno se me pone detrás, aguanta un rato ahí, me pasa y se va, se va, se va… evidentemente vengo estorbando, y eso me molesta. Esto de no conocer bien por donde vas no está padre. Es el camino ideal para que aparezca un perro, o un pastor con sus borregos. Recuerdos de dónde entreno? Pues no aparece nada y en cosa de unos 4 kilómetros salgo de esa zona de vuelta a carretera. 170, ya no falta nada, algunas glorietas, policías indicando hacia donde, ya se me hace conocida la zona… rodeamos la zona del puerto y bajamos hacia la avenida de Playa del Carmen, recta, ya hay gente. En cualquier momento llegaré a transición. No alcanzo a ver exactamente donde es el punto de desmonte, no sé cuánto falta, cuando pienso en ir desabrochándome los zapatos para bajar más rápido, ya llegue! Bajo de la bici relativamente entumido y ahí voy corriendo hacia la bolsa que tiene mis tenis y mi gorra. Me reciben la bici, saco mi reloj de la bolsa de la bici, que tendré que llevarme en las manos el maratón completo para ver datos… Me siento bien, tal vez pueda correr decentemente.

El tiempo… ni idea.
El tiempo de transición, ni idea.

EL MARATON. 42.195k
Tal vez en el momento que iba a salir a correr en verdad iba concentrado porque no ubico en mi mente el momento en que me puse los tennis y gorra y salí a correr. Tampoco recuerdo los primeros kilómetros. Siempre compito desconectado, totalmente cerrado al exterior, metido en mi respiración y mi paso y mis juegos mentales. Cuando me salgo de ahí hay problemas. Desde el momento en que tengo algo en mi mente para poder escribir esto, sabemos que hubo problemas. Regularmente no me acuerdo más que de dos o tres detalles de todo el día.

Todo bajo control.
Dijeron plano, plano no es. No son subidas que causen problema de inmediato, pero te lo acumulan. Las pagaremos más tarde. Ahora hace calor, ya hay sol, y el viento, por supuesto sigue aquí. Todo viene bien, mi paso viene bien, traigo buena velocidad, si sigo así, si se conserva todo, si me alimento bien, si me hidrato bien, si cuido mi técnica, si me concentro, si no se me va ningún detalle, puedo mejorar mi tiempo de maratón en Ironman, inclusive en ocasiones traigo un paso realmente bueno, y sin poner en riesgo nada. Me siento muy bien. No tengo idea de hasta donde correremos, sé que son 3 vueltas pero no se de cuanto, total, es plano, no? No importa.

Abastos, no pienso bajar la velocidad, un vaso de gatorade, dos, un vaso de agua encima, Red Bull???? En fin, es líquido… rebajado?? En fin. Naranjas, plátanos… sigue.

Voy por los 10k, corriendo por detrás del aeropuerto y con mucho viento de frente y desde la derecha, desde el mar, tanto viento que la gorra se puede salir. El viento trae mucha arena y me viene molestando, en momentos siento la arena entre mis dientes, y la nariz y la cara. El clima está seco. Si llovió en la mañana, ya no se nota nada. Solo puedo seguir corriendo y voltearme hacia el lado contrario del viento. No sé dónde daremos la vuelta y una de dos, o no pusieron señales, o no las he visto. No debería importarme, mientras no llegue a los 42k realmente no importa dónde esté. Al  dar la vuelta en el km 11 ahora el viento me repasa el lado izquierdo, mi paso sigue bien, ahora el viento siento que me ayuda y ahora es una relativa bajada hacia el km 22. He cuidado todos los aspectos necesarios, creo, estoy tomando todo lo que puedo, comiendo también, sin perder tiempo. En una zona por ahí la gente echa porras. Algunos corren realmente rápido. Me doy el lujo de animar a algunos que ya van caminando, cosa que no es buena, ya no estoy tan concentrado. Por el otro lado empezando su maratón viene Igmar que me dice que Angie hizo una excelente bici, que viene a 5 minutos detrás de el... WOW! Eso es muy bueno, se la volvió a aplicar a varios. Ya solo tiene que correr… que todo le salga bien.

Un maratón de por si es duro. Un maratón después de 3.8k de natación y de 180k de bici, es más una prueba mental que física. Claro, sin el entrenamiento físico, la mente sola no hace nada, pero sin la mente, el físico más preparado no sirve para nada. En el momento en que uno duda, ya va perdiendo y salir de ahí es toda una batalla que es fácil de perder.

Ok, es una vuelta de 22, que ya hice, y faltan 2 vueltas de 10. No hay problema.

Voy hacia allá de nuevo, hacia el aeropuerto. Hay mucha gente, hay mucha porra, en el camino hacia el kilómetro 5 donde está la vuelta, y que está en el mismo camino que acabo de recorrer y que no vi, hay una zona de restaurantes donde tienen un muy buen ambiente y huele a comida y tienen cerveza… y yo... corriendo. Animan mucho… los escucho… ya no vengo concentrado. En el momento en que estoy consciente de lo que pasa a mí alrededor, ya no estoy bien.

Mi paso sigue bien, ha bajado un poco pero aun es decente, en momentos lo mantengo igual que la vuelta anterior. Intento comer más, y tomar más líquidos para recuperarme y me funciona, puedo subir el paso de nuevo.

Mas alimento, la solucion.
Traer el reloj en una mano y luego en la otra es realmente molesto. Vaya comienzo de día.
Dos vueltas, 32km, ya solo es ir y volver. Esto ya se acabó. Me estoy sintiendo débil. En el camino hacia el km 37 escucho al diablito en mi hombro que me dice que no es mala idea caminar en los abastos mientras me como y bebo todo lo que pueda, y le hago caso, empiezo a primero trotar en los abastos y luego a caminarlos con la idea de correr más fuerte entre ellos. Error!, eso nunca me ha salido bien, porque habría de salir aquí? pero se siente tan bien. Mi estómago viene molesto, pero no es cosa nueva. Pregunto y pregunto en que kilometro estamos. Ya me desesperé.



Por el otro lado vienen pasando algunos amigos que ya van rumbo a la meta, supongo que me veo mal, Pepe me dice: “Vamos! Ya terminaste! Cualquier día corres 7 kilómetros!” y si, cualquier día los corro, pero hoy, y ahorita, ya no suena bien. 7 kilómetros! Maldita sea! Falta mucho!. Mi estómago está inquieto. Solo una vez me he parado al baño en competencia… al diablo, tengo que pararme. A desperdiciar tiempo. Con lo que me gusta meterme a los baños (esa podría ser una historia completa).

Mi velocidad es un chiste. Intento acelerar y las piernas ya no me responden, mi velocidad me desespera. Ya no entra la comida, el líquido me sabe horroroso, el red bull es red bull. Naranjas.. ya no! pero me las como, plátanos? Se ven horrorosos. Hago cuentas mientras intento acelerar, si pudiera correr a mi usual paso, estos kilómetros que faltan ya no serían nada, vamos!, más rápido!... Ya no responden. Mi pulso está bien, pero ya no puedo mover las piernas más rápido. Ya sólo son 3 kilómetros, mi trote indecente se reduce a caminar en varias ocasiones, la gente me grita, trata de animarme, y sólo logro sentirme peor porque trato de correr y no puedo. La desesperación al 100%, impotencia. En qué momento se me acabó la energía de esta manera? Vine haciendo todo lo que tenía que hacer. Aquí estoy pagando los errores del entrenamiento. Trato de correr y lo único que logro que salga son lágrimas, inconsolable, vengo hasta sollozando, y eso no me deja respirar bien. Que dolor, que impotencia y desesperación. Que me duele? Todo. Ya perdí el control de todo.

Sufrimiento.

La impotencia de no poder responder a la gente y lo que es peor, que mis piernas no puedan responder a lo que mi cerebro quiere me tiene acabado. Puedo tener batallas con mi cabeza, pero no con el exterior. Usualmente eso no importaría. Como he de verme? Me ven y me gritan, al ver que ya llevo las dos pulseras que indican que esta es mi última vuelta, me animan más gritándome “Ya llegaste!”… Ya llegue??? Suena tan fácil!. 2 kilómetros… es tan poco y no puedo con ellos. Caminar, no vine a caminar, pero no puedo correr. Mantenerme parado cuesta mucho. Lo que mas me duele es el orgullo. Cuando menos pude dejar de llorar, porque eso no me dejaba respirar. Faltando un kilómetro me encuentro con Ricardo, va por su última vuelta, esta con su mamá, al llegar con ellos me dicen “cómo vas?”, me cuelgo de Ricardo y les digo, “Ya! Ya no puedo!” Me dan un poco de coca cola y dextrosa y literalmente me avientan a seguir “Ya llegaste!”. Trote, lagrimas, caminar, más lágrimas, me falta el aire, es la desesperación… trote… por fin se ve la meta… trota!, hazlo!, trota! Me importa un cacahuate si me animan o no, ya no volteo para ningún lado que no sea la meta… ya no los escucho, ya solo quiero que se acabe esto, voy mareado, como por un túnel, y me dijeron después, tambaleándome.
Trota! Solo 100 metros!.

Al llegar a donde están sosteniendo la banda de meta, se mueve… mareado, es difícil enfocarla, agarrarla no va a ser fácil. Brazos arriba… medalla... Que mal me siento!.

-“Estas bien?”-
-“Si,…….. No!”
-“No?, que sientes?”-
-“Nausea, mareo…”-

De un grito traen a los paramédicos y a la silla de ruedas, me sientan en ella, y me llevan entre la gente. El organizador de la carrera me da una palmada en el hombro, lo veo de reojo. Vamos para adentro, servicio médico.



Esta noche acabe con suero, deshidratado,  tiritando, con 3 sabanas térmicas encima, sin ganas de comer ni tomar nada por un buen rato. Me quede dormido, medio dormido por el dolor en todas partes. Poco después me regreso el hambre, comí, estuve más de dos horas ahí dentro, platicando las cosas con los que llegaban a mis lados. Aquí dentro nadie se ve contento.

Errores en la hidratación este dia, y una cadena de eventos desde hace meses.

Después de un rato ya me corren de ahí. Ahora hay que encontrar a Angie… por suerte solo camino un poco y aparece. Ya, paz.

Que puedo decir de este IRONMAN? Mi número 13, en el peor día que ha tenido esta sede en 22 años, y uno de mis peores días?

Uno se pone metas que pueden parecer inalcanzables, es la naturaleza humana, o cuando menos la de muchos como yo. En algún momento hacemos esta distancia ya como algo cotidiano, y no lo es, nunca lo es. El día de hoy no estoy contento, no estoy satisfecho, sino algo decepcionado de mí mismo y molesto conmigo mismo. No di el máximo, todo el día, pero me lo exigió al final, y no para mejorar tiempo, sino para mantenerme de pie. Mi sufrimiento fue consecuencia de mis errores, mi castigo, y me lo merezco. Tengo ya mucha experiencia en esto para atreverme a llegar así, pero uno nunca deja de aprender. El día de hoy me sentí como en mi primera vez, no, como en la segunda, porque en la primera venia yo entre las nubes. Que me sirva de lección que uno no puede llegar a una de estas competencias mal preparado, ni mental ni físicamente. Debe doler, claro que sí, es parte del juego, a todos nos duele, pero hay un punto donde las cosas se salen de lo normal. Hoy en esos últimos 3 kilómetros tal vez estuve muy cerca de llegar al límite, y lo divertido y lo sufrido pudo ponerse peor y convertirse en pesadilla. No sé qué tan cerca o lejos estuve de eso, porque nunca he llegado hasta ahí, y la verdad no me gustaría. Prefiero seguir pensando en que no tengo límites.

Lanzarote. Nadie dijo que sería fácil. Cuidarme todos esos kilómetros me ayudó mucho, pero no puedo dejar de preguntarme que hubiera pasado si hubiera yo llegado en mis mejores condiciones. Pedaleando como se hacerlo, y corriendo como se hacerlo, con la energía y la mente al 100%. Probablemente hubiera sufrido más, o menos, pero seguramente hubiera llegado antes, y sin sufrir el via crucis. Hay gente que no lo vivió igual que yo. El cuerpo nos juega las cosas de diferente manera, somos historias individuales y consecuencia de todo lo que nos rodea. Un libro cada quien.

Vine a darme cuenta de que tengo que corregir muchas cosas, hay mucho que aprender, mucho que pulir. A esta isla vienen los mejores, y están aislados en esta burbuja. Hay mucho que aprenderles, en todos los ámbitos. Es mi vida antes de Lanzarote, y después de Lanzarote. No solo hablo de Ironman, fue una lección completa de vida. Definitivamente tengo que regresar no una, varias veces a poner las cosas en orden con mi cabeza, revolvió todo lo que pensé que sabía. Ya tengo una referencia valida, mi tiempo, que tiene que, y va a bajar, y mucho. Ya lo conozco, ya me conoce.

Me siento retado.

Me han preguntado, a veces hasta de mal modo y sin entender, el Porqué lo hago?, Porque siempre quiero más?, Porque no me conformo?, Bueno, es la simple aprobación de mí mismo lo que me mueve, y si algo, o alguien le quita el valor que representa para mí lo que hago, necesito romper esos límites y reescribirlos, ya sea cambiando de actividad o mejorando mis tiempos, para seguir sintiendo que sigo ganando mi respeto, mi aprobación y mi admiración. Después de este día necesito recuperar mi auto admiración, auto respeto y auto aprobación.

“Si escarbas lo suficiente, detrás de todo atleta hay una historia muy torcida” -Mark Allen-

Concluyendo: Si pude escribir esto, quiere decir que fue un muy mal día. Realmente deseo que no se repita, y no volver a escribir. No más que detalles mínimos, y mis juegos mentales. Esos tal vez no son entretenidos.

3 días después aun no sabía que tiempo hice, y no me interesaba. Hoy, no significan nada.

Esta edicion ha sido la mas dura en las 22 que ha habido. El clima.
Las mujeres que llevaba cerca, eran ganadoras de su categoría.
Al sujeto del movimiento de cabeza tan… no lo volví a ver.
Mucho que aprender aquí, me doy cuenta de que no se nada. A reescribir.
Los nuevos en la ruta, como yo, con quienes pense que podria tener comparacion, hicieron abajo de 10:30.
Voy a regresar a darlo todo, ya estamos planeando la fecha.
Hacerlo no basta, hay que hacerlo bien.
El dolor de espalda persiste.
El dolor mas fuerte, mi orgullo.

IRONMAN LANZAROTE

“The normal limits do not apply”